#53

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Parecía que los planetas se alineaban constantemente para no dejar a Tadashi dormir por más de dos horas seguidas. Justo el día en el que se había asegurado de no tener ningún pendiente para poder descansar y dejar reposar su tatuaje (y también para que cuando viera a Tsukishima no se le notaran las ojeras que, a éste punto, eran más parte de su cuerpo que otra cosa) su celular tenía que sonar.

El castaño se levantó a regañadientes y tomó el celular. Se preguntó por un momento si había puesto su alarma a la hora equivocada, pero la canción que le estaba reventando los oídos no era la misma de la de su alarma. Era la que sonaba cuando alguien le estaba llamando por teléfono. 

Arrancó el cargador de la entrada y lo tiró al otro lado de la habitación sin importarle mucho, lo único que tenía en mente era gritarle a quién fuera que le estuviera llamándole a las cuatro de la mañana.

Tomó el celular preparando su diccionario de insultos que había estado preparando y mejorando con los años, pero todo pensamiento se esfumó de su mente cuando vio el nombre de contacto de la persona que le estaba llamando. 

Tsukki  🌙

La garganta se le secó y por la sorpresa tiró el teléfono. 

—¡Mierda! —Susurró enfadado y levantó el teléfono lo más rápido que pudo, importándole poco si se había roto la pantalla. Lo único en lo que estaba pensando era que tenía que contestar el teléfono antes de que Tsukishima colgara. 

En otro contexto y si fuera cualquier otra persona, Yamaguchi los habría mandado a la mierda, si era una emergencia que llamaran a la ambulancia, pero era Tsukki el que le estaba llamando. Sí, eran las cuatro de la mañana, pero ésta era la primera vez que Tsukishima le llamaba, antes solo habían estado hablando por mensajes de texto y una vez por videollamada, pero la videollamada no la contaba mucho porque no habían hablado en sí, solo se estaban riendo de la miseria de los otros como en los viejos tiempos.

Amigos que critican gente, amigos que no te abandonan.

Tadashi presionó el icono verde con el teléfono y sintió una presión ligera en su corazón, no solo por el hecho de que su esposo sin consentimiento le estuviera llamando, pero ¿Qué tal si algo malo había pasado? ¿Y i Tsukishima le decía que no quería nada que ver con él? ¿Y sí-?

—Tadashi, cállate, por un demonio. Luego te doy cafeína, deja tus pendejadas —Se regañó a sí mismo y tomó una bocanada de aire. —¿Hola? —Dijo a su celular. 

—Hola —Respondió Tsukishima con la voz ronca alargando la palabra, casi como si la estuviera diciendo con una melodía. Tadashi pudo escuchar una risa igualmente áspera pero amigable del otro lado de la línea. 

—Diosito, responde mis plegarias y déjame ser lo que éste hombre me pida, si quiere que sea su perro me pongo en cuatro y le ladro —Tadashi 'el hormonado' Yamaguchi pensó mordiendo la parte interna se su labio inferior  para callarse la puta boca y no soltárselo en la cara al rubio, porque era capaz. 

Ambos se quedaron callados por unos segundos no sabiendo qué decir. El silencio estaba quemando a Yamaguchi. Se había estado aguantando los bostezos desde que la conversación empezó, pero si seguía así iba a caer rápido. 

El  castaño abrió la boca con la intención de romper el silencio, pero Tsukishima habló primero.

—Dime algo estúpido —Pidió el rubio. 

El cansancio que Tadashi tenía se fue en ese instante. Yamaguchi parpadeó repetidas veces por la sorpresa. Se sentó en su cama jugando con la camisa al menos dos tallas más grande que él con la que dormía.

I love you tooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora