Recaudación de fondos.

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Jade

—No me apetece, Ane. —solté.

—Vamos, Jade. —volvió a suplicar mi amiga. —Acompáñame, me aburriré si voy sola. Al menos nos aburriremos juntas.

Mi amiga había estado insistiendo desde que llegue a su departamento hace menos de una hora en que la acompañara a la recaudación de fondos que organizo su familia. No he ido a una desde que mi padre murió. No se si sea buena idea. Desde donde me encontraba podía ver el reflejo de mi amiga en el espejo abatida, me sentí un poco mal por rechazar su invitación, no creo que sea tan mala idea, después de todo ella me había hecho sentir en casa, al menos le debía asistir.

Ya era algo tarde y yo no tenia nada de gala para asistir.

Después de meditarlo unos segundos más me decidí.

—Bien, iré contigo. —de pronto se levanto de su tocador corriendo a su armario, no entendí aquello. —pero, no tengo que ponerme. —grite para que me escuchara.

—Sabía que iríamos juntas, así que me adelante. —dijo entusiasmada, ella sabia que de alguna forma diría que sí. En sus manos había dos hermosos vestidos, uno era blanco sin mangas completamente liso muy elegante, el otro era negro con tirantes muy delgados del frente era forma de corazón y tenia una apertura la pierna que lo hacía ver sensual. ¿de dónde los había sacado?

Mi amiga me extendió el que era color negro, abrí mis labios, pero no logre gesticular ninguna palabra. Sin mas Ane se adentro a su extenso armario para probarse su vestido. De verdad que había planeado todo, no dudaba que hasta hubiese contratado una limosina.

Minutos después salió portando el hermoso vestido blanco.

—Anda, pruébate el tuyo. —me animo.

Entre a su enorme armario, lo que me sorprendió fue la cantidad de cinturones que tenía, también era raro, decidí ignorar aquello y proceder a desvestirme. Para colocarme el vestido negro, cuando lo coloque me quedo perfecto, me sentí muy cómoda, extrañaba vestir así y no me había dado cuenta.

Sali de ahí directo al espejo gigantesco que mi amiga tenia en su habitación, no podía creer que una prenda me hacía sentir una diosa, el vestido se ajustaba a la perfección en mi cuerpo.

—Adivine muy bien tu talla. —dijo sorprendida. —Bien, ahora es tiempo para arreglar ese cabello.

Sonreí y me senté en el tocador de mi amiga, ella comenzó a peinarlo con delicadeza, para después comenzar a hacer ondulaciones en este, parecía estar disfrutando el proceso, tenía muchas cosas ya en el tocador, cuando llegue ya se encontraba con un lindo peinado y a mitad del maquillaje, se había hecho una coleta alta, su cabello largo hacía que se viese como si trajera extensiones de cabello, todo esto me pareció genial y me recordó a Skylar y Audrey, pero no logre entender porque no invitaba a alguien mas no se a una amiga o al chico que le gusta de la biblioteca, pareció leerme la mente porque hablo.

—Eres la única amiga que tengo, este ultimo año todos dejaron de hablar conmigo, porque había rumores de que —pareció dudar en decirlo. —mi padre realiza actividades ilícitas con su empresa. —me pareció injusto como la juzgaron sin corroborar rumores y aunque fuese verdad ella no tiene nada que ver.

—Ahora me tienes a mí. —su rostro se ilumino y continuo con mi cabello con una sonrisa.

Mi cabello no era tan largo tan solo unos centímetros debajo de los hombros y no tenia idea de lo que estaba haciendo con el. Tan solo unos minutos después sentí como soltaba unos mechones en mi rostro, alce mi vista, me sorprendí, era un peinado sencillo, pero al mismo tiempo elegante, había tomado poco cabello y había puesto un lindo broche en la parte en que el cabello se unía, el resto de cabello ondulado caía suelto.

Agente JamesWhere stories live. Discover now