Agente James

Un amigo inesperado.

Jade

Mi día en la universidad había pasado muy rápido entre clases, había tomado un taxi para poder llegar así que no fue tan difícil después de todo.

Al llegar tan solo me concentre en lo que tenía que hacer, una chica se acercó a mí en mi última hora, al parecer ella solo tomaba esa clase con nosotros, fue muy simpática, se parecía mucho a una de mis amigas en Los Ángeles.

Cuando las clases finalizaron ya eran las cuatro de la tarde, decidí ir a comer con Ane —era morena, su cabello castaño caía corto sobre sus hombros, aquel corte le quedaba muy bien, era un poco más alta que yo—, hablamos de nuestra vida, creo que ella sería mi escape de casa, parecía alguien muy confiable pero evite mencionar que estaba casada.

No necesitaba que me preguntaran sobre ello.

Para cuando salimos ya eran las seis de la tarde, el sol estaba a punto de ocultarse, el tiempo se pasó muy rápido entre la conversación y carcajadas, hace tiempo que no me la pasaba tan bien. Ane tomo su camino y yo iba hacer lo mismo, volver a casa o lo que se suponía que debía serlo.

Pero no fue así, mi celular ya no tenía batería.

¡Genial!

Intente caminar por la ciudad para saber si podía reconocer alguna calle, no me preocupe tanto las calles estaban totalmente habitadas de personas, pero no logre distinguir mi calle, ni el departamento.

Seguí caminando pero nada.

Lo que faltaba perderme en esta enorme ciudad, ya era tarde para arrepentirme de no seguir a Ane después de darme cuenta que mi batería había muerto.

Me encontraba cansada, mis pies palpitaban, quería quitarme las botas, quería llegar a bañarme pero creo que no lo haría, tampoco lograba divisar un hotel, los había pasado muchas cuadras atrás y ya no tenía energía para regresar.

Las personas eran cada vez más escasas, lo cual me hizo preguntarme en donde me encontraba.

Si me hubiese quedado fuera de la universidad, no había certeza que James viniera por mí, tal vez se alegraba que no llegara a casa.

Seguí así por unas cuantas calles, esta vez, yo era la única persona en la acera, no se escuchaba ningún auto, la ciudad en este lugar parecía apagada. La oscuridad había llegado hace un tiempo, con ello sabía que tenía mucho tiempo vagando.

De pronto sentí que alguien me jalo del brazo, el miedo se instalo en mi cuerpo, trate de soltarme de aquel sujeto, pero era mas fuerte que yo, segui intentándolo hasta que me meneé y cai al suelo.

Vi la silueta del hombre quien jalo mi bolso para después arrastrarme a un callejón oscuro, supe lo que significaba, asi que patalee pero no podía liberarme, comence a sollozar y pedir ayuda, pero nadie parecía escucharme, el hombre parecio artarse y me golpeo con el puño en el rostro, sentí el ardor se extendió por la zona afectada, unas cuantas lágrimas de dolor mezcladas con impotencia resbalaron por mi mejilla, no podía creer lo que estaba pasándome.

—¡¡AUXILIO!! –grite con todo lo que tenía y otro golpe azotó mi rostro, seguido por uno en mi estómago, el aire me falto, estaba aturdida por los golpes.

Sentía como aquel hombre me tocaba pero no podía hacer nada, me tenía inmovilizada.

De pronto el peso que sentía ya no estaba, vi como una figura arrastraba al hombre, no logre distinguir quien era, mis lágrimas no me dejaban hacerlo.

Los vi forcejear y uno de ellos corrió hacia afuera del callejón, el otro regreso a mí y por acto reflejo retrocedí, me hice bolillo cuando llegue a una pared cercana.