Sorpresas.

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Agente James Black

Apreté mis ojos cerrados por la luz que provenía de algún lado de la maldita habitación, eso hizo que no pudiese seguir durmiendo, abrí mis ojos intentando adaptarme a la claridad del lugar.

Mi cabeza quería estallar, sabía que no debí haber bebido tanto anoche, pero tuve un mal día, ya que uno de los asesinos en serie que he estado siguiendo estos últimos tres meses, escapo, pudimos rescatar a una de sus víctimas, tuvo que ir al hospital de emergencia ya que se encontraba en muy mal estado.

Desde hacía un mes y medio más o menos comenzó a enviarme fotos de Jade diciendo que si seguía buscándolo vendría por ella.

Aunque nuestro matrimonio había sido una promesa que le había hecho a su padre y no era del todo mi agrado hacerlo comencé a generar afecto por ella cuando fuimos conviviendo las primeras semanas, al mes no me pude resistir más y tuve sexo con ella.

Siempre ha sido muy atractiva, su cabello largo hacia que se viese más pequeña de lo que en realidad era, su piel blanca que con cualquier contacto se teñía de rojo, sus ojos café que siempre me vieron de forma adorable comenzaban a despreciarme.

Tenía que alejarla de todo esto, -alejarla de mi- no podía ponerla más en peligro.

Anoche no me encontraba totalmente ebrio cuando le dije todas esas estupideces, me dolió ver como su rostro se llenó de lágrimas pero no dijo nada, aun así me ayudo a quitarme los zapatos después de todo lo que dije.

La escuche llorar toda la noche y me arrepentí de todo lo que había dicho, pero tengo que protegerla.

Me levante algo rápido e hizo que mi cabeza palpitase, cerré los ojos, cuando los abrí, fije mi vista al otro lado del colchón, se encontraba vacío, redirigí mi vista a la mesa de noche y se encontraba un jugo de naranja junto a unas aspirinas y una nota.

Tómalas.

Eso era lo único que decía.

Después entre a la ducha, lo necesitaba, salí con la toalla a la cadera, procedí a vestirme, al ir a la cocina y pasar por la sala me i cuenta que Jade no se encontraba.

Espero que no se haya ido lejos y que vuela temprano.

El domingo fue igual, al despertar ella no se encontraba en el departamento, la escuche llegar a eso de las cinco de la tarde con unas bolsas, me hice el dormido los dos días, no quería enfrentarme a ella, al parecer ella tampoco quería lidiar conmigo porque no entro a la habitación hasta ya pasada la noche.

El lunes llego me levante temprano como siempre para ir al trabajo, me dirigí a la cocina, después de unos minutos escuche que alguien había entrado a la ducha, eso se me hizo raro, Jade no despertaba temprano eso lo sabía.

Mientras desayunaba, Jade entro ignorándome, llevaba unos jeans ajustados, una remera manga larga negra junto a unas botas negras, se veía espectacular, pero no dije nada y seguí desayunando.

Tomo una manzana y salió sin mirarme, después escuche como la puerta principal era cerrada, caí en cuenta que hoy iniciaba la universidad, me habría gustado llevarla, pero al parecer ella no lo quería, también esperaba que pudiese llegar, no quise que saliera de aquí en estos últimos meses por ese maldito asesino.

Por eso mismo no le decía que podía estar en peligro, él lo sabría y actuaria más rápido, aunque por el momento no había ninguna señal de él.

Salí del departamento para dirigirme a la agencia, tenía trabajo que hacer.

Necesitaba saber si esa chica que rescatamos nos podía dar la descripción del tipo.

Al llegar Connor ya me esperaba, había sido trasladado hace un año y lo habían asignado a ser mi compañero.

Él era todo lo contrario a mí, era muy abierto con las personas, tenía más tacto, empatiza más con las personas a la hora de darles una mala noticia.

Poco a poco hemos pasado de ser compañeros de trabajo a amigos, aunque ni él ni nadie de aquí adentro sabía que me había comprometido y casado hace tres meses, no llevaba la sortija, Jade era quien la portaba, aunque hace un par de semanas la vi en el lavabo del baño y ha estado ahí como si ya no quisiera llevarla.

El agente Wells y yo somos un buen equipo por lo general, ayer tan solo fue un mal día.

No paso mucho para que nos dirigiéramos al hospital.

Nos encontrábamos en el auto, los dos nos encontrábamos en silencio, aunque él parecía querer decir algo, se encontraba demasiado inquieto y comenzaba a desesperarme.

—Habla ya. –lo mire.

—Bien, ayer que te fuiste de la escena, los de criminalística encontraron algo... —comenzó a darle vueltas al asunto y era lo que más odiaba. —Se encontraron unas fotos, de una chica, muy linda por cierto.

—Al grano Wells. –no creo que este chico vaya a encontrar pareja pronto, da muchas vueltas, es muy vacilante.

Volví mi vista a la pista.

—En algunas de esas fotos salías junto a ella, había muchas más de ella, una de esas fotos están ustedes dos en algo que parecía ser una ceremonia de boda, lo que quiero decir es, ¿estas casado?

Suspire, ya no podría ocultarlo y menos si ese enfermo se encontraba detrás de ella.

—Si.

Eso fue lo único que salió de mí, ¿Qué más le podía decir?

—¿Si?, mierda, ¿lo dices así nada más?, te lo tenías bien guardado. –se movió del asiento exaltado. –Por cierto, tienes buen gusto.

Sonreí negando con la cabeza y no porque no fuese cierto, sino que si la viese en persona temería hablarle.

—No tanto si ese maldito enfermo lo sabe. –le dije.

No volvimos a hablar después de esa conversación, llegamos al hospital después de varios minutos, hablamos con los médicos que se encontraban a cargo de Rachel, al parecer la tuvieron que inducir al coma, para que no sufriera y no tuviera un ataque de pánico.

Así que no obtuvimos mucho, solo que fue torturada por muchos días, al parecer a este hombre no le gustan las mujeres, le genera una repulsión, tan solo al ver como las tortura, y no le importa dejarlas en lugares públicos, supongo que le gusta tener espectadores.

Regresamos a la oficina para realizar papeleo del caso, al terminar fuimos a comer a E.A.T un pequeño restaurant, ubicado en Central Park, muy buena comida preparan ahí, casi siempre venía a comer aquí.

A Wells no le encantaba por lo cual a veces íbamos a otro lugar.

Cuando mi jornada termino a eso de las cinco de la tarde, luego de avanzar otro caso, regrese a casa.

Me adentre en el departamento, me quite el saco y lo acomode en un croché de pared cerca de la puerta, pude notar que no se encontraban las llaves de Jade, ni su saco, eso quería decir que aún no llegaba.

Hacía mucho que yo no asistía a clases, en el FBI era muy diferente, a la vida universitaria normal, no sabía cuántas horas tendría que durar en la ahí.

Intente no preocuparme hasta que pasadas dos horas no llegaba, estaba oscureciendo y tampoco contestaba su maldito teléfono.

Una parte de mí se sentía culpable, no debí haberle dicho que desapareciera, menos con alguien persiguiéndola.

Llame a Wells para avisarle lo que sucedía, llego a los pocos minutos, comenzamos una búsqueda, nos dirigimos a su universidad, al menos a la que creí era su universidad, pero no obtuvimos nada.

Esta sería una muy larga noche.

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Los capítulos serán publicados cada Lunes, así que aquí está.

Gracias x leer❤️

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