Un año recuperándose de un terrible accidente, uno que marcó un antes y un después en la vida de Verónica Lodge.
Un año desde que la vida como la conocía había desaparecido y en los que había tenido que adaptarse poco a poco a la realidad que ahora...
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He estado literalmente todo el día mirando al techo, al señor Christian se le ocurrió decir que estuve bajo influencias y que puedo significar un peligro para mí y para los demás, solo supe que al extraño lo enviaron a como le dicen los demás pacientes "el calabozo" y la verdad tengo algo de miedo por lo que le puedan estar haciendo allí.
—Tengo terapia a las seis... ¿Al menos me dejas cepillar mis dientes cherbobyl? —Me observa de reojo anotando unas cosas en la especie de registro que teníamos todos los pacientes.
No, ya no tienes terapias a esa hora. —Dice y me entrega unos libros que agradezco no sean los típicos de "superación personal" que solo sirven para dar falsas esperanzas, se trataban de unos de psicología en donde habían algunas páginas destacadas con algunos textos subrayados que solo veía por encima.
—Solo quiero entender una cosa... —Los dejo a un lado y trato de sonar pacífica para intentar que él respondiera de la misma manera. — ¿Qué hice o que te molestó tanto como para que seas así conmigo? Te prometo que respondes eso y dejo de hacer preguntas sobre el tema. —Sabía que ahora mismo él tenía el poder, podía como lo acababa de hacer inventarse cualquier locura y que mi proceso se vea afectado de alguna forma, pero no soy una mujer sumisa en lo absoluto y mucho menos era estúpida así que claro que lo molestaría pero antes debía bajar su guardia y saber por dónde le entra el agua al coco.
¿Cuál es tu punto débil Moore?
Tomo una de sus manos llamando su atención y es como si me quemara, sentía una vibra que ya conocía y que aceleraba mi corazón al instante, e la aparta algo aturdido y suspira sin hablar.
—Mi madre cuando me castigaba y abusaba de sus palabras luego iba a mi habitación y me llevaba comida y para ella con eso me pedía perdón... siento que tú haces eso.
Él toma asiento frente a mí y como si por primera vez no supiera las palabras que debía usar.
—Ya te dije que no soy tierno, ni cariñoso ni esas cosas, y es donde me equivoqué contigo. —Toma uno de los libros y busca con cuidado una página en especial.
"En la mayoría de los pacientes en estado de coma, la corteza a nivel auditiva es estimulada por lo que pueden escuchar lo que pasa a su alrededor y en ocasiones los mismos pueden influir en su estado"
— ¿Por qué me muestras esto? ¿Qué significa? —El niega y se levanta y por primera vez en los días que tenía aquí lo veía ligeramente calmado.
—Dijiste que no harías más preguntas Verónica. —Mira su reloj y luego a mí a punto de abrir la puerta.
—Sé que lo dije pero aun no me respondes, me dejas con más dudas de las que ya traía y de verdad siento que actúas como novio posesivo...
—Si te respondí, te dije que me equivoqué y es todo. —Abre la puerta y se detiene a medio salir como si aún faltara por decirme algo.
—No me voy a salir... no quiero que me seden porque a un tóxico se le ocurrió decirle a todo el hospital que yo era un riesgo y si me llegan a ver afuera no terminaría bien. —Ordeno los libros sobre mi medita quedándome solo con uno de ellos en la cama, el mira al techo incómodo y ya si no entiendo que mierda le sucede.
