Un año recuperándose de un terrible accidente, uno que marcó un antes y un después en la vida de Verónica Lodge.
Un año desde que la vida como la conocía había desaparecido y en los que había tenido que adaptarse poco a poco a la realidad que ahora...
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Narrador Omnisciente:
Dicen que las mejores batallas son asignadas a los mejores guerreros, pero esta, esta era legendaria.
El pequeño Jared y su abuela habían llegado al hospital para animar un poco las cosas. Jared contaba los hermosos paisajes que había visto en el camino. En su cabeza solo daban paseos, en la de su abuela... buscaba que aquel niño no pensara en lo peor.
Lejos de lo que se pensaba, el casamiento fué motivo de alegrías. Los ahora casados pensaron por un momento que sus familiares se sentirían tal vez tristes por no haber estado presentes, lejos de eso, entendieron el motivo.
De hecho, nuestro tóxico fue muy claro al decir "Si muere, quiero que sea mi esposa y no simplemente mi novia. Quiero estar atado a ella por la eternidad. Si todo sale bien, entonces celebraremos esta boda en grande"
El estado de Verónica es algo más delicado de lo que se pensaba, la pobre mujer tuvo que someterse a varios estudios, inyecciones, pruebas etc.
Aun no se sabe que es lo que causa a la hora de dar a luz aquel problema, pero los médicos ya están totalmente preparados para el nacimiento de la bebé más esperada del hospital.
Su caso se hizo muy conocido, demasiado, y las personas empatizaron a pesar del idioma. Le regalaban amuletos, oraban por ella a sus dioses, llevaban comida, era hermosa la forma en la que todos se habían unido.
Los padres de Christian la llamaban todo el tiempo, estaban muy preocupados como todo el mundo.
—¿En qué piensas? —Christian acaricia el pelo de su esposa mientras ambos admiran el paisaje hermoso que se podía ver a través del inmenso ventanal de su habitación.
—Es un lugar hermoso ¿No crees? Podría volar por esas hermosas montañas, entre las nubes que las tocan...
—Por favor no hables así... no hables como si... —A Christian ya no le queda nada, está roto y solo una cosa puede salvarlo.
—Sería feliz Christian. Sería una pequeña mariposa blanca volando por ahí, conociendo los rincones del mundo.
Sus ojos se conectan, ya Veronica había olvidado el color original de sus ojos, ahora siempre estaban de un azul muy oscuro.
—Quiero estar a tu lado, quiero apoyarte, pero es muy injusto que hables como si es seguro que vas a morir ¿Entiendes? Ya no me quedan lágrimas y estoy cansado.
—¿Tu lo estás? Yo he tenido que resistir todo este tiempo, yo me he sometido a cientos de pruebas yo...
—No peleen... —El pequeño se atraviesa entre ambos. —Dice la abuela que todos hemos sufrido mucho y que no tiene sentido pelear ahora.
Christian lo abraza y lo ayuda a subir a la camilla de su madre, los tres se abrazan. Así deben ser las cosas.
—Sé que todos se aman, pero es hora. —Klaus ingresa en la habitación y Christian rueda los ojos apretando a su mujer al igual que Jared.
