Alergica al amor.

10.7K 406 10
                                    

Aquí estoy, la misma chica diferente lugar de tortura. ¿Pero qué puedo hacer? Soy ilegal y por ende debo acudir a una institución que me priva de mi libertad por lo menos las primeras horas del día, así que aunque no quiera me tengo que levantar.

-Arriba Alena, es nuestro primer día, llegaremos tarde por tu culpa -Dijo Arlena tocando como histérica la puerta de mi habitación, aun no entiendo cómo es que esta tan temprano de pie. -¡Andando Alena arriba!-Cansada de escuchar sus gritos no me quedo de otras más que levantarme toda perezosa y abrir antes de que tumbe la puerta y tenga que pagarla yo.

-¿Qué quieres? –Dije molesta.

-Que te metas a bañar y bajes a desayunar ya. –Entro sin permiso dejando un hilo de su perfume francés que fascina a los chicos. Aun no sé cómo si huele a chicle empalagoso.

En fin se dejó caer en mi cama, noté que ya estaba lista, es muy raro en ella ya que tarda siglos, lleva unos pantalones entubados rojos sangre, un top blanco con negro y su gorra roja, dejo su cabello castaño un poco más corto que el mío suelto, y maquillada. Es realmente hermosa, aunque compartamos las mismas facciones, el mismo color de ojos o la edad. Jamás seré como ella.

-Como ordene su real majestad.

-Entre al baño y cerré la puerta. Una de las ventajas de vivir aquí es la privacidad, puedo tardar horas en el baño y no habrá nadie tumbando la puerta peleando agua cliente.

Después de un rato salgo enredada en una toalla en mi cabeza y otra en mi cuerpo.

-¡Hermanita tienes 10 minutos para alistarte! –Grito histérico desde la planta baja ¿Desde cuándo le da por llegar temprano a clases?

En menos de 9 minutos ya estaba abajo cambiada y maquillada, me puse unos Short negros un top blanco y mi gorro negro, deje mi cabello suelto y idéntica a Arlena y solo dure 9 minutos.

-Ya termine nos vamos. -Dije tomando las llaves del auto y lanzándoselas a Arlena ya que yo no sé manejar, patética lo sé. A ella la enseño su novio en Inglaterra y yo pues, digamos que el clima está muy bueno. Arlena lo intento pero se desespera con facilidad y mi pésima paciencia no ayudaba mucho.

Bese a papa y a Aylin, mi hermosa hermanita menor para después salir rápidamente y entrar al auto, el camino es algo largo por lo que saque mi libro y comencé a leer, en lo que menos pensé ya estábamos en el estacionamiento de la preparatoria.

-No hay lugar.-Dijo frustrada, primer día y mi mala suerte ya presente.

-Ahí hay uno, mira. -Dije señalando justo un cajón libre enseguida de un Volvo dorado.

-Si ya lo vi. -Dijo poniendo el auto en movimiento y justo cuando estábamos por entrar una Jeep roja se adelantó y gano el espacio libre. ¿Qué se cree?-Eh idiota era nuestro.-Grito Arlena enojada si hay algo que me moleste es los abusivos aprovechados.

De la Jeep se baja un chico de esos de los que tanto presumen en los libros, esos estúpidos populares que se creen que el mundo les debe un favor.

-Awww lindura, piensa más rápido para la próxima. –Lleva gorra de béisbol y lentes obscuros, imposible ver su rostro, además su voz de arrogancia demuestra el nivel de idiota que es y eso basta para ya odiarlo.-Déjalo ya, mejor busquemos otro o llegaremos tarde. -A vuelta tras vuelta y ningún maldito estacionamiento libre y todo por un neandertal mal educado.

-¿Y si? -Dijo Arlena al ver un lugar libre que decía, "Director Haginserg"

-No, de ninguna manera no.

-Dije rápidamente al saber las sucias intenciones de la castaña, pero como siempre no me hace caso y ya estamos en el lugar.-Arlena en caso de que te metas en problemas yo no te conozco. -Dije caminando lo más rápido posible y alejándome de ella.

-Vamos Alena no seas aburrida.-Me alcanzo.-Además, tú lo has dicho hermanita, no importa cuánto te arregles, siempre nos veremos iguales. -Odio cuando utiliza eso contra mí. Ella en pocos segundos me dejo atrás ya que mi maquiavélica cabeza está trabajando.

-¿Quieres ver que no soy aburrida? -Dije viendo directamente al Jeep del idiota. Puedo ser la más seria de las dos, pero no soy dejada.

-Alena me sorprendes ¡Quieres venganza!-La mire picara, si hay algo que nos une son las travesuras que dicho así, jamás estamos metidas en líos solas. O cuando nos conviene.

Ya estando junto al Jeep saque mi pluma y la presione contra el pipote de la llanta liberando el aire, lo mismo hiso Arlena del otro lado. Si no es el crimen del año pero si le daré una jaqueca al idiota.

-Vámonos rápido. -Dije corriendo a la entrada que ya habían dado el timbre.

-Nos vemos en el descanso.

-Se despidió y salió corriendo, lo mismo hice para llegar a tiempo.

-¡Espere! -Grite para que el profesor no cerrara la puerta pero fue en falso, la cerro en mis narices. Maldito seas Idiota del Jeep rojo. Acto seguido abrió de nuevo la puerta sacando su mano con una hoja rosa. Hoy no es mi día definitivamente

-Genial Detención. -Dije enojada. Si mi coraje ya estaba en mis rodillas acaba de subir hasta mis hombros, no querrán saber qué pasa si sube a mi cabeza.

Comenzó a caminar a detención pero choque contra alguien y caí al suelo. No debí salir de la cama hoy.

-¡Lo siento! ¿Estás bien? -Solo escuchaba una voz, no lograba ver nada ya que mi gorro bajo hasta mis ojos.

-Sí, creo -Dije enderezándome. Levantaron mi gorro dejándome ver a un chico blanco, cabello castaño, ojos verdes claros, cejas pobladas y labios rosas.

-¿Segura? ¿Estás bien? -Volvió a decir ya viéndonos directo a los ojos.

-Si solo ayúdame a levantarme.

-Dije tomando su mano para que tirara de la mía. Mala idea ya que un dolor me surgió del brazo, al mirar está sangrando. -No estás bien. -Dios, odio la sangre. -Ven te llevaré a la enfermería.

-No es para taaa.-De la nada me tomo de la cintura para después tomarme en brazos y cargarme hasta la enfermería.

-Extraño estoy bien no necesito ir a la enfermería y mucho menos que me cargues. -Dije sin quitar mis brazos de alrededor de su cuello.

Lo bueno es que no es necesario que te lleve en brazos.

-Apestas a novata ya que cualquier chica de este instituto daría lo que fuera por estar en tu posición. -Dijo levantando una ceja y dejando ver su sonrisa y esos hoyuelos en las mejillas. Es modesto el niño.

-Decir que apesto a novata no cambia mi decisión, pero que tal si buscas a mi espejo, créeme ella encantada de que la lleves.

-¿Espejo? -Pregunto confundido.

-Si tengo una gemela bastante idéntica por fuera.

-Pero un mundo de distancia por dentro ¿Correcto?-¿Qué es tan cliché eso?

-Aprendes rápido.

-¡Bien llegamos! -Me dejo sobre la camilla de la enfermería con delicadeza. Típico en las enfermerías que huele a alcohol y repleta de agujas que mueren por entrar en tu piel y provocarte un daño que para ellas es satisfactorio.

Ni crean que le temes a las agujas y la DRAMATICA es Arlena.

La enfermera de inmediato reviso mi brazo.

-Gracias pero yo creo que este desconocido exagera, no tengo nada. -Maldición, me congele al ver mi brazo chorreando de sangre. Morí.

-¿Desconocido?-Pregunto gracioso.

-Bien romeo, espera afuera en lo que la curo. -Dijo la enfermera empujándolo a la salida. De uno de los muebles saco un frasco un algodón, realizo las curaciones necesarias.

Alergica al amor. (Editando.)Where stories live. Discover now