Diez.

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No elegía a ninguno de los dos porque lo único que había despertado en mí era atracción, sólo eso. Aparentemente a Matt le venía valiendo lo que hacía y Tyler era... ¡Tyler! Lamentablemente en el poco tiempo de conocerlo tenía una mala impresión de cómo trataba a las chicas.

Abrí la boca para decir algo pero lo único que salió fue una risita tonta.

—¿Qué haces aquí?

—Ah... —meditó—, ayer le pregunté a Diane y me dijo que aquí vas a estudiar y que hoy vendrías...

Me mordí el labio.

—¡Lamento lo de ayer! ¡Fui una tonta por ir y armar esa escena! ¡Perdóname! —dije agitada y Tyler me tomó el rostro entre su manos.

—Está bien —me aparté suavemente.

—¿Ibas a la playa? —me preguntó.

—Sí, quedé con Diane para el almuerzo y... —vi en mi reloj de la muñeca—faltan 3 horas, ¡pff!

—¡Ya sé qué haremos! —exclamó triunfante y antes de que pudiera decir algo, me tomó de la mano y se echó a correr rumbo a la calle.

Iba realmente rápido y hasta que le pedí que disminuyera su velocidad, me pude adaptar a su paso. Cruzamos calles, avenidas, cruceros, camellones y después de un buen rato comenzaba a cansarme. El sol estaba en su punto más alto y su intensidad la podía sentir en mi piel que se comenzaba a enrojecer. Finalmente nos detuvimos frente a un edificio que decía: ‘Hollywood Records’.

—¿Qué es...?

—Quiero que me conozcas.

—¿Por?

—Porque me gustaría conocerte a ti —me sonrió.

Su mano soltó la mía e hizo ademán de que lo siguiera. Con paso inseguro entré al edificio y me llevé la sorpresa de ver un vestíbulo realmente elegante. Tras un enorme escritorio terminado en caoba se encontraba la recepcionista que, al ver a Tyler, se abalanzó sobre nosotros.

Los labios de la chica encontraron los de él y Tyler la apartó con dulzura. Mi boca formó una gran “O”.

—Amor, no me hablaste —le reclamó la recepcionista mientras jugaba con el cuello de su camisa.

Tyler nuevamente le apartó las manos.

—Sally, tenemos qué hablar...

—Amor, no me agrada ese tono... me gusta más el que usabas la otra noche...

—¡Sally! —la interrumpió antes de que la chica siguiera hablando y yo siguiera escuchando.

—¡Tyler! —dijo jugando—. ¿Acaso esa es tu nueva novia? —preguntó, echándome una mirada de desprecio.

—Sally, basta. No es mi novia y no quiero que le hables en ese tono —me defendió.

—¡Es broma! Perdón —se volvió hacia mí—, soy Sally Johnson.

Asentí con la cabeza sin decir nada y vi cómo Tyler arrastraba a la recepcionista unos metros lejos pero lo suficiente para seguir escuchando su patética conversación.

Estaba confundida. Sí. Diane me había dicho que él quería salir conmigo y aparentemente ya estaba con una chica, ¡típico de Tyler! En mí sólo veía una chica difícil, un reto, un revolcón.

—Sally, tenemos que hablar.

—¿De? —preguntó nuevamente jugando con el cuello de su camisa.

—De nosotros.

—¿Ya hay un ‘nosotros’?

—No —repuso con un tono sombrío.

Para Siempre.Where stories live. Discover now