Mascota

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El ángel ladeó la cabeza frunciendo el ceño, evidentemente confundido.

-Pero yo quiero tener una-

Dean, sentado delante suya, soltó un resoplido.

-Cas, no eres un niño-

Esta vez el ojiazul levantó las cejas, aún más perdido si era posible.

-Ya se que no soy un niño Dean. Jimmy es un hombre adulto-

-Da igual Cas, seas un niño o un hombre adulto no te voy a dejar tenerlas-

Se cruzó de brazos mirando al cazador.

-Dean, soy un Ángel del Señor. No puedes impedírmelo.-

Justo en ese momento Sam se acercó a ellos.

-¿Qué es eso que quieres impedirle, Dean?-

-Dean no me deja tener un animal de compañía-

-Oh...em... ¿y eso por qué?-

Se encogió de hombros. Él tampoco lo entendía.

Entonces el rubio volvió a resoplar.

-Quiere tener abejas. Quiere meter un jodido panal de abejas al búnker para tenerlas de "animal de compañía"- Dijo haciendo comillas.

Cas seguía sin entender por que no podía.

Miró a Sam esperando a que este le diera la razón e intentara convencer a su hermano.

-Cas, no puedes tener abejas-

Abrió la boca al tiempo que descruzaba los brazos, sorprendido de la respuesta del castaño.

-¿Por qué?-

-Porque no puedes Cas, las abejas no son animales de compañía.-

Él seguía sin contentarse con esa respuesta. Trató de convencer a Sam.

-Si la tuviéramos en el búnker nos haría compañía, entonces pasaría a ser un animal de compañía-

Asintió satisfecho con su argumento.

-Además puedo cuidarlas, he leído en el ordenador que comen algo amarillo de las flores. Y son bonitas.-

Sonrió creyendo que con eso había convencido a los hermanos.

-No, fin de la conversación- Dean no parecía muy convencido.

-¿Por qué?-

-No son animales de compañía.-

-Si que lo son-

-No lo son-

Sam miraba de uno a otro, como si estuviera viendo un partido de tenis.

-¿Y por qué la gente puede tener perros, o gatos, o incluso pájaros?-

-Por que esas son mascotas-

-¿Y las abejas no lo son? -

-No-

-¿Qué es una mascota?-

-Un amigo-

Cas asintió analizando las palabras.

-Entonces Sam y tu sois mis mascotas.-

Sam interrumpió a Dean antes de que este siguiera confundiendo al ángel.

-Las mascotas son animales de compañía y los animales de compañía son mascotas.-

-No lo entiendo. Entonces, ¿vosotros sois animales de compañía?-

Ambos hermanos, al mismo tiempo, soltaron un bufido.

Sam negó con la cabeza sonriendo un poco. El ángel seguía siendo como un niño pequeño.

-Da igual Cas, son cosas de humanos.-

El nombrado asintió conforme con esa respuesta.

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Al día siguiente, casi por la hora del mediodía Dean apareció en el búnker tras haber salido esa mañana a por información para un caso.

Pero traía algo bajo el brazo. Una caja.

Se acerco a Cas y la dejó sobre la mesa del salón.

-¿Qué es eso Dean?-

-Ábrelo y míralo-

El ojiazul abrió la caja y al instante algo saltó a sus brazos. Entonces sintió algo mojarle la mejilla.

-No es una abeja pero pensé que te gustaría-

Miró a Castiel y sonrió al ver al pequeño perro intentando lamerle la mejilla otra vez mientras el ojiazul lo sujetaba en sus brazos.

Supo que había acertado cuando vio al ángel sonreír mientras acariciaba al cachorro.

-¡Muchas gracias Dean!-

Esta bien, puede que los mordiscos en los asientos de su baby hubieran merecido la pena.

-Se va llamar Bee-

Eso debería haberlo visto venir.

Cosas de humanos.Where stories live. Discover now