Buenos días, ¿y mi beso? (III)

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Tercera parte de "Beso francés"

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-Cas...- suspiró ladeando la cabeza dejando a esos labios recorrer su cuello, de nuevo.

Ambos estaban en la cocina, Dean sentado sobre la encimera y Cas entre sus piernas.

Sigue sin tener ni puta idea de que pasó exactamente.

Cas tan sólo había aparecido en la cocina, detrás de él y había empezado a besar su cuello.
A Dean casi le dio un jodido infarto cuando sintió un cuerpo tras el suyo, de hecho, esta seguro de que el ángel tiene un bonito moratón en la mejilla como resultado del golpe.

Pero en algún momento entre besos, mordiscos, gruñidos y reproches, Dean había acabo sentado en la encimera con las manos del ojiazul en su cintura y la boca en su cuello.

La gabardina y la chaqueta de Cas estarían en alguna parte en el suelo de la cocina, o eso suponía.

Dean ahogó un gemido cuando sintió al pelinegro chupar una zona en su cuello. -Eso va a dejar marca Cas.

Al nombrado no pareció importarle lo más mínimo.
Estaba más concentrado en morder y chupar a Dean.

Había descubierto lo mucho que le gustaban los jadeos y los gemidos del rubio, pero sus labios seguirían siendo su mayor obsesión.

En un intento por tenerlo un poco más cerca, bajo las manos al trasero del Winchester dando un apretón para impulsarle hacia él.

-Dios santo, estoy seguro de que eso no te lo enseñé yo.

Cas se apartó del cuello del rubio para mirarle.
-¿Debería no haberlo hecho? Dean, no quiero incomodarte.

-E, yo no dije eso. - murmuró sonrojándose un poco y balbuceando.

Por que él no iba a decirle "Me gusta sentir tus manos apretándome el trasero."
No, es decir, de ninguna de las posibles maneras que existan o que puedan existir.

-Bien.- el ángel asintió. - Por que, honestamente, no tenía pensado apartar las manos. Me gusta donde están.

-Oh, joder, he pervertido a un Ángel del Señor. Chuck se va a enfadar conmigo.
Creo que acabo de inventar un nuevo pecado, "No pervertirás a los Ángeles de Dios nuestro señor".
Voy a hacer un nuevo "Nuevo Testamento", lo voy a llamar "La wikipedia sagrada para cazadores suicidas y ángeles pervertidos".- Miró a Cas el cuál estaba en silencio dejando al rubio divagar él solo.- ¿Qué opinas? Tal vez deba cambiarle el nombre, eh seguro que t...

El ojiazul, cansado de ver esos labios moverse sin hacer nada, besó a Dean.
El cual, ni corto ni perezoso, correspondió al momento.

-Hablas mucho, ¿lo sabías? - murmuró Cas una vez que se separó.

-Es tu culpa, tus manos me están poniendo nervioso.

El pelinegro levantó una ceja y volvió a apretar, provocando un gemido en Dean. - No parece que te disguste mucho. - sonrió mirando como el rubio fruncía el ceño.

Definitivamente mentir era una de esas "cosas de humanos".

-Eres un aprovechado, ¿lo sabías?- preguntó Dean imitando el tono de Cas.

El nombrado pasó las manos a los muslos del rubio y tiró un poco de él para pegar ambos cuerpos por completo. Bajó las manos hasta los tobillos e hizo que Dean cruzara las piernas detrás de su espalda.

Volvió a tomarle por el trasero dándole un apretón al mismo tiempo que atacaba su cuello de nuevo, dejando más marcas. -Sigo sin ver que te moleste- dijo sobre la piel de su cuello cuando el otro gimió su nombre.

Movió las manos masajeando y subió a su boca y le dio uno de esos besos que Dean había nombrado como "derritecerebros".

Dean tan solo se dejaba hacer, correspondiendo al beso como podía. Cas se había vuelto un muy buen besador.

Y un atrevido, demasiado.

Mierda, había creado un monstruo.

....

Bobby solo quería un café.

Un jodido café. No es tanto pedir.

Definitivamente no iba a tomar café de esa cafetera, ni en esa encimera, ni en esa cocina.

Y no, no es por toda la mierda "Dean-besándose-con-un-tío".
Le valía tres pares de cojones si Dean decidía besar a Castiel o a la puta fregona.

Pero había habitaciones, o sofás. Joder, que les dejaba incluso el baño.

No la jodida cocina, donde la gente come y hace esas cosas que implican un mínimo de higiene.

Mierda, se sentía el padre de un adolescente.

Un adolescente de 32 años, magnífico.

-Idjits- murmuró mientras salía de la casa para ir a una cafetería.

Él no se iba a quedar sin su café por dos monos en celo.

Bufó rodando los ojos, Dean le iba a provocar canas verdes.

Cosas de humanos.Where stories live. Discover now