HAPPY B-DAY!

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Nota al final del capítulo
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Nunca en su vida, su larga vida, había estado en una fiesta de cumpleaños.

Si, el ángel estaba emocionado por algo tan mundano y simple como una fiesta de cumpleaños.

-¡Mira Dean, encontré una página con consejos para celebrar fiestas de cumpleaños!

Por otro lado, el Winchester estaba en su límite.

Aún no habían celebrado la dichosa fiesta y ya le salía el confeti por las orejas.

Al principio pensó que el ángel se veía adorable.
Todo concentrado en celebrar una gran fiesta y poniendo todo su empeño en tareas tan sencillas como decidir el decorado o asignar el encargo de inflar los globos.

Si bueno, eso le duró la primera hora.

Exacto, la primera hora. Lo que significa que lleva más de una maldita hora inflando globos.

-Cas, no creo que sea necesaria una gran celebración.- Ahí estaba, como siempre, su querido hermanito tratando hacer entrar en razón a su ángel de ojos azules.

-Pero los cumpleaños son algo muy importantes para vosotros los humanos, ¿no?

-Sam no está diciendo que no sea importante, solo que a lo mejor te has pasado un poco con la decoración teniendo en cuenta que solo vamos a estar nosotros.

-¿No te gusta, Dean?- Murmuró el ángel mirándole con esos ojos, esa mirada.

Dean sabía que en ese momento, pidiera lo que le pidiera iba a decir que si.

Porque es débil ante esa mirada, porque tal vez está un poco enamorado del ángel.

-Todo está quedando muy bien Cas.- Otra vez, Sam al rescate.

-Si, va a ser una gran fiesta.- Dijo Dean buscando provocar en el pelinegro esa sonrisa que tanto el encantaba.

Cas sonrió ante la aprobación de ambos hermanos y se dirigió a la cocina a preparar la tarta, había encontrado en internet recetas muy interesantes.

-Dean, en algún momento tendrás que decírselo.- Dijo Sam en voz baja, pero no lo suficiente como para que su hermano no le escuchara.

-¿Decirle el qué?

-Dean...

El nombrado ignoró la evidente charla de sentimientos que veía venir y se escabulló en busca del resto de adornos.

Sam tan solo se resignó ante la inmadurez emocional de su hermano y fue a la cocina a ver que hacía Cas.

Esperó encontrarse un desastre nada más entrar.

No es que no se fiara de Cas en cuanto a cocina se refiere pero nadie le puede culpar de tener un poco de miedo después de que el pelinegro hubiera quemado una tartera intentando cocer pasta.

Aún no sabe a ciencia cierta que narices había pasado y cómo coño un Ángel del Señor había incendiado una tartera.

-¿Qué tal va todo por aquí?- preguntó acercándose al pelinegro.

-¡Terminé el pastel!

-Cas no hacía falta hacer una tarta, no creo que pueda tomarla.

-He buscado recetas específicas para este tipo de tartas.

-Está bien, está bien.

El ángel sonrió satisfecho con su trabajo y dejó la tarta en un plato para llevarla al salón.

Una vez terminada todo tipo de decoración volvió su atención a Sam.

-¿Y Dean?

-Creo que fue a buscar al chico del cumpleaños.

Cas sonrió emocionado y Sam no pudo evitar pensar que a pesar de todo había merecido la pena montar esa mini fiesta.

Un ladrido interrumpió sus pensamientos.

-Aquí está el cumpleañero.- Dijo Dean mientras entraba en el salón con el pequeño Bee en sus brazos.

Cas se acercó a ambos y cogió a Bee en brazos para darle todo tipo de mimos y cariños.

El cachorro ante tantas atenciones empezó a ladrar y mover la cola eufórico. Entre dicha euforia Cas recibió varios lametazos de su pequeño amigo.

Mientras tanto Dean observaba la que, para él, era la imagen más tierna del mundo en ese momento.

-Espero que estés babeando por Cas y no por Bee.- Dijo Sam interrumpiendo la hilera de pensamientos cursis que pasaban en ese momento por la mente de su hermano y aprovechando que el ángel había ido a la cocina.

-No se de que hablas.

El moreno rodó los ojos cansado de la constante negación de Dean.

-Dean, en serio, estas celebrando la fiesta de cumpleaños de un perro cuando tú odias a los perros.

-Cas es mi mejor amigo, es como un hermano. Familia y esas cosas, ¿recuerdas?

-Ya, ¿entonces también tienes pensamientos cursis sobre mi?

-¿Cómo sabes lo de los pens...

El menor de los Winchester sonrió victorioso.

-Cállate.- Dijo el ojiverde al darse cuenta de su metedura de pata.

-No he dicho nada.- Dijo con una sonrisa de oreja a oreja y las palabras "te pillé" escritas en toda la cara.

Antes de que Dean pudiera maldecir la existencia de su querido hermano pequeño, Sam fue a la cocina a por una cerveza de celebración de su pequeña victoria.

Dejando en el salón a un Dean confuso consigo mismo.

Es decir, ¿en qué momento su hermano se había dado cuenta de su pequeño enamoramiento por el pelinegro?

Su anterior metedura de pata no contaba, está seguro de que Sam sospechaba algo de antes.

¿Tan obvio era? ¿Cas se habría dado cuenta?

-¡Dean, te vas a quedar sin tarta!

El mencionado vio interrumpida su ola de pensamientos por la voz del culpable del caos que se había formado en su cabeza.

Porque, puede que su pequeño enamoramiento era algo un poco más grande.

Lo suficientemente grande como para hacer cualquier cosa para ver a su ángel sonreír.
Y cuando dice cualquier cosa se refiere a aceptar comer una tarta de philadelphia y jamón york solo porque Cas se había empeñado en hacerle una tarta a un perro.
Entre otras muchas cosas.

Tal vez su hermano tenía razón y sus sentimientos por Cas eran más evidentes de lo que le gustaría admitir.

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Este capítulo iba a subirse el día de mi cumpleaños pero aún queda bastante tiempo y creo que ya tardo lo suficiente en actualizar como para teneros más tiempo esperando, que lo disfrutéis.

Cosas de humanos.Where stories live. Discover now