MERRY XMAS!

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Los Winchester estaban en el supermercado comprando todo lo necesario para una cena digna de un acontecimiento tan importante como lo era la cena de Navidad.

O eso había dicho Charlie justo antes de echarlos del búnker a empujones.

Dean se alegraba de tenerla de vuelta con ellos, de verdad que lo hacía, pero a veces deseaba tener un dardo tranquilizante.

La pelirroja era la persona más hiperactiva que podría haber conocido.

-Oye Sam, ¿te has dado cuenta del pequeño detalle de que hemos dejado solos en nuestro búnker a tres niños pequeños?

Sam miró a su hermano al tiempo que empezaba a empujar el carrito. -Exageras, tampoco es para tanto.

Dean detuvo sus pasos y miro a Sam con una ceja levantada. -Sam, son Gabriel, Charlie y Cas.

El moreno se quedó quieto y miró a su hermano. -Apúrate, la compra no se va a hacer sola.

Con la lista en la mano y paso apresurado se decidieron a terminar la compra cuanto antes.

Mientras tanto, en el búnker la situación era algo...distinta.

-No entiendo porque tenemos que poner palomitas en un árbol.- Mencionó Castiel un tanto confundido viendo el paquete que Charlie le había dado y en el que se podía leer en letras grandes "PALOMITAS".

-Es como una tradición Cas.

-¿No sería más divertido que las palomitas fueran como esas chocolatinas que aparecen en Harry Potter y que te convierten en un animal distinto? - Preguntó Gabriel mientras sacaba una nueva piruleta de sabe dios dónde.

Charlie sonrió imaginándose lo que pasaría si dejara a Gabriel hacer lo que había dicho. Sería algo digno de ver.
Rápidamente negó con la cabeza deshaciéndose de esa idea. -Por mucho que me tiente voy a tener que decir que no.

Gabriel soltó un suspiro, aburrido.

-¿Charlie qué tengo que hacer con esto?- preguntó esta vez el ojiazul señalando la bolsa de palomitas.

-Mételas en el microondas el tiempo que diga en la caja.

El ángel asintió e hizo lo que le había dicho. A los cinco segundos de meterlas empezó a escuchar como unos estallidos, tal vez unas mini explosiones.

-¿Qué es eso?- preguntó Cas dispuesto a sacar su espada de ángel por si algún peligro acechaba.

-Tranquilo hermanito.- Sonrió divertido el arcángel. -Son solo las palomitas, ¿ves? - Dijo mientras señalaba el microondas, donde se podía ver como la bolsa se iba hinchando cada vez más.

El ojiazul observó con su característica curiosidad la bolsa dentro del microondas mientras su hermano, enternecido por la imagen, le indicaba el tiempo exacto que debían estar las palomitas haciéndose para evitar que se chamuscaran.

Charlie ajena a la situación, intentaba desenredar las luces del árbol tratando de no perder la paciencia en el proceso.

-Joder.- Y fallando estrepitosamente. Lo suyo eran los ordenadores, o desenredar sus cables. Soltando las jodidas luces pensó en que pedir un poco de ayuda tal vez no le vendría tan mal.

-¡Cas quítalas rápido, la bolsa se ha hinchado mucho!- Gritaba Gabriel señalando el microondas.

Antes de que a Charlie le diera tiempo si quiera de preguntar que pasaba el sonido de una pequeña explosión se escuchó en la cocina.

Necesitaban algo más que "un poco de ayuda".

*

Dean sintió un escalofrío recorrerle la espalda.

Cosas de humanos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora