Capítulo XLVII. (El viaje)

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Capítulo XLVII. (El viaje)

POV Adrián

Adrián ¿Te encuentras bien? —me preguntó M, por su expresión supe que estaba preocupado. Entonces me pregunté qué clase de expresión era la que tenía yo en esos momentos para que se preocupara por mí. Me tuve que forzar a sonreír.

Solo estoy cansado, no te preocupes.

Entonces cambiemos de puesto, yo conduzco.

¿Seguro? También debes estar cansado.

Estoy bien, me acostumbre a trabajar así. —no quería dejarle toda la responsabilidad, pero sabía que era mejor ceder, porque no quería que se siguieran preocupando.

Cuando nos detuvimos en el restaurante no pude probar un bocado, por más que lo intente, mi estómago rechazó la idea de comer y no quise obligarme a hacerlo. Para no preocupar a los chicos me tomé una lata de refresco que al menos puso a funcionar mi estómago. Aunque sabía que desapareciera en cuestión de pocas horas.

Estaba perdido en mis pensamientos porque no sabía qué decisión tomar con respecto al incidente en la playa, si era correcto o no que los chicos supieran lo que hice. No creo que mi conciencia sea capaz de ignorarlo, porque pude haber lastimado a alguien inocente, pero al mismo tiempo mis instintos afirman que eso fue lo correcto. Y sé que no debería sentirme culpable por el destino de ese hombre, pero es imposible que piense y actué de todo como alguien de la zona roja.

Los únicos testigos del incidente tampoco dijeron nada, y aunque eso me dio tranquilidad, me preocupó la idea de que quisieran dejarme a mí la decisión de decir algo o no. No es que como si ellos fueran los culpables, pero no me gustaría terminar tomando una posible mala decisión con respecto a todo este asunto.

No tengo miedo de las consecuencias o de lo que me pueda pasar, pero no me parece buena idea estresar a nadie durante el resto del viaje, porque ya existe tensión en el grupo, y de cierta forma también es mi culpa. Se respira en el ambiente.

Debería estar acostumbrado a la muerte ahora que he sido responsable y testigo de ella; pero por mucho que me esfuerce, no puedo pensar como los chicos que viven en la zona roja. Nunca tuve que pasar por una situación de la supervivencia del más fuerte hasta ahora. No me puedo sentir mal por mí situación, si estoy aquí es porque tomé esa decisión, mi vida cambió porque le di un giro sin retorno, sentirme consternado ahora, es absurdo.

No hay manera de escapar de esto, estoy consciente de ello, y sé que mi vida, desde que entré por primera vez a La Cueva con George, tiene una cuenta regresiva, que en algún momento llegará al final.

No espero que nadie entienda porque tomé la decisión de vivir así y de pasar por todo este estrés emocional. Actuar solo por impulso es un bien real que no todos se atreven a experimentar ¿Estoy arrepentido?

Puede que consiga la respuesta cuando esté muriendo.

Me estacioné y cambiamos de puesto, quise acompañarlo un rato, pero mis ojos cedieron y en cuestión de pocos minutos me quedé profundamente dormido.

...

En lo profundo de mi mente escuche las voces de todos, sin ningún tipo de hostilidad, estaban hablando de la ruta, del clima y de la posibilidad de llegar más tarde de lo que se había estipulado. Por una parte estaba realmente tranquilo porque sabía que Benjamín, Camilo y Masato estaban con nosotros y si los chicos llegaban a tener alguna clase de diferencia, ellos serían los mediadores. Esa fue la razón de que me relajara hasta el punto de tener sueños vagos, que estaba viviendo en mi casa (en la zona azul) y en la zona roja.

Marioneta de CristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora