Capítulo XIV. (Miedo I)

1.3K 217 52
                                    

Capítulo XIV. (Miedo I)

POV Jacobo

—Ya estamos aquí, lamento la tardanza Bruno —me disculpé.

—No te preocupes, falta Darío.

—De acuerdo.

— ¿Sucede algo? Te ves consternado —preguntó George.

—La verdad es que sucede de todo. Y no sé qué tanto debo contarles porque conozco el carácter de cierta persona, pero... —mencionó y miró a George.

— Entonces es sobre Adrián, ¿cierto? —cuestioné y suspiró antes de asentir.

—Precisamente.

—¿Qué fue lo que hizo? Puedes hablar con nosotros —aseguré.

—Voy a intentar ser maduro, y escucharte antes de hacer algún comentario —estableció George, y la verdad me sorprendió que se lo tomara con tanta tranquilidad.

—Bueno, eso lo agradezco.

—Ya vine, lamento la tardanza. Es que estaba lidiando con... no importa —dijo Darío también se sentó, cruzó las piernas y nos miró a los tres —. ¿Qué ocurre? Siento que el ambiente está tenso.

—Parece que estamos listos —le indiqué a Bruno.

—Está bien, voy a intentar ser lo más cuidadoso que pueda con todo lo que les voy a decir. Pero necesito que mantengan la mente abierta, y que no juzguen la situación en base a sus sentimientos —anunció Bruno.

—Me estás comenzando a preocupar, ¿qué es lo que pasa? ¿Algo malo? —pregunté, y pude sentir que George me puso una mano sobre la rodilla.

—No me lo tomen a mal, pero Adrián no me gusta absolutamente nada —comenzó a decir y suspiró —. Intenté verlo de otra forma, confiar en él por ustedes, pero no puedo. Lo siento, pero lo mantendré bajo vigilancia.

George y yo nos miramos, asumiendo lo que estábamos escuchando, y Darío suspiró. Tarde un momento en procesar la información y supuse que George estaba haciendo lo mismo, por lo que no dijo nada, y Darío fue el primero en tomar la palabra.

—Creo que tienes un prejuicio contra él porque es de la Zona Azul, o al menos eso es lo que me parece. Nosotros hemos pasado tiempo juntos estos días, y hasta el momento no ha hecho nada que me haga considerar que es una mala idea que esté aquí. Creo que le está costando un poco acostumbrarse, pero es completamente normal, y por eso a veces actúa de forma rara a veces —comentó Darío y se encogió de hombros. Bruno lo miró, pero en lugar de decirle algo, solo sacó un cigarro de su bolsillo para ponerlo en sus labios y encenderlo.

—Nunca fumas —le señalé, preocupado.

—Lo necesito ahora —susurró, y me di cuenta de que o estaba demasiado cansado, o quizás sentía frustración por todo lo que estaba pasando.

— ¿Dormiste suficiente? No te ves muy bien —apuntó Darío.

—Lo hice, no te preocupes.

—Bruno, eres nuestro amigo. Sabemos que nos cuidas. También haces un buen trabajo como líder. Siempre intentas dejarnos en la mejor posición posible, y te lo agradezco. Pero quiero que entiendas que no podemos elegir bandos, Adrián es importante para nosotros —aclaré.

—No estaba esperando hacerlos cambiar de opinión, simplemente quería darles mi punto de vista con respecto al príncipe y su situación conmigo en este lugar. Nosotros intercambiamos una que otra palabra, y no estamos en buenos términos, nuestra situación es realmente mala.

Marioneta de CristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora