Miedo.

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(El sueño de Abril)

Un frío intenso se sentía, la neblina cubría la vista más allá de la ventana, un silencio espectral era lo único que sus oídos percibían.

El chico trataba de generar una nube de vaho por su boca, pero no pudo. Se cubrió con una sudadera negra, aunque no sentía frío. Frotó sus manos para calentarlas, pero estas siempre estaban frías.

-Recuerda, estás muerto- dijo una voz detrás de él —No volverás a sentir calor ni frío

-No- admitió el chico fantasma —Pero me gusta recordar esas sensaciones

-¿A, sí?

-Sí, el fuego calentando la sala en las noches de nieve, o la brisa fría esos calurosos días de verano

-Creí que habías dicho que detestabas cualquier clima que no fuera templado

-Lo detesto, pero es lindo recordar

-Como sea

Él esperó a que su compañía se fuera.

Todos los días era lo mismo. Él esperaba a su compañero, quien solo se quedaba unos insignificantes minutos, y en cuanto se marchaba, él también se iba.

-Por cierto- dijo la visita -¿A dónde vas todos los días?

-¿Cómo?

-Tal vez pienses que no me he percatado del asunto, pero sé que desapareces todos los días

-Al igual que tú

-Yo doy de vueltas por las calles ¿Tú a dónde vas?

-A ningún lado, solo  camino hasta cansarme

-De acuerdo

Sin más, la visita desapareció. No pasó mucho tiempo antes de que él también decidiera marcharse.

Como siempre, salió del edificio, caminó por las mismas calles, caminó tres cuadras, luego tres calles al norte, cinco al este, y giró a la derecha, por el callejón de siempre, entrando por la alcantarilla y al fin encontrando nuevamente el portal.

***

(Faleen, dimensión de sombras)

-¿Nuevo pasatiempo?- preguntó su amiga mientras entraba a la habitación.

-¿Qué? Debo mantenerme ocupada- contestó Faleen con una gran sonrisa.

-Como digas, ¿Qué haces, exactamente?

-¡Diseño de modas!- respondió emocionada, mostrando algunos bocetos.

En las últimas horas, se había puesto a dibujar, pero poco a poco descubrió su pasión por la moda, cuando comenzó dibujando personas en el cuaderno y luego detallando los vestuarios.

No era muy buena dibujando, sus maniquíes era demasiado básicos, nada realistas, solo unos círculos, líneas y curvas unidas, pero la ropa era lo que importaba, donde realmente tenía talento.

Había diseñado desde vestidos hasta algunos conjuntos, todos femeninos, pues llegó a la conclusión de que las siluetas masculinas eran más complicadas, o así le parecía a ella.

-¿No te aburres?- preguntó la chica, sentándose al lado de Faleen —Me refiero a que llevas todo el día dibujando

-Y apenas he hecho unos siete bocetos- se quejó Faleen en tono bromista.

-Entonces adivinaré, otro pasatiempo con el que te traumarás

-No, después del accidente en la cocina, decidí que dejaré la repostería por un rato, pero aún tengo ganas de cocinar...

Abril, voz de inocentes [Crónicas de Abril #2]Where stories live. Discover now