Revelación

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-¿Qué es el amor, realmente?- preguntó un chico mientras que caminaba al lado de una joven, eran los mismos que había visto Abril en su sueño anterior.

-Es querer hacer algo por alguien, a pesar de que eso implique tu propio sufrimiento- contestó ella, con su cabello rizado cayéndole sobre la cara.

-¿Y de qué sirve la felicidad de esa persona, su tú no eres feliz?

-Si no te sientes feliz, es porque aquella persona no es feliz realmente, entonces volvemos a la pregunta del principio ¿Qué es el amor en realidad?

Silencio, la respuesta no había sido lo que el joven esperaba, pero comprendía a lo que se refería, no estaba de acuerdo, pero lo comprendía.

* * *

Abril abrió los ojos lentamente —Otro sueño- se dijo a sí misma mientras se restregaba la cara para tratar de despertar.

Varios meses atrás, cuando esos extraños sueños comenzaron, Abril despertaba muy alterada, con el corazón latiéndole a mil por hora y un sudor frío bajando por su frente; ahora le parecía tan común que ni siquiera se ponía a reflexionar sobre los sueños, solo dejaba que el recuerdo se borrara para recuperarlo unas horas después.

-¡Buenos días!- la voz de Marcie la sorprendió. Se encontraba sentada en el sillón, leyendo un libro sobre el arte de la guerra y viendo de reojo a Abril, su serpiente soltaba sonidos de cascabel tan fuerte como podía, y sus alas estaban extendidas a todo lo que podían.

-Marcie, ¿Qué haces aquí?- preguntó Abril, quitándose las sábanas de encima y levantándose de la cama.

-¿Acaso no puedo visitar a mi amiga?

-No si es tan temprano

-¿Temprano? En la dimensión humana es medio día

-¿En serio? Qué bien- esto último sonó con desánimo, como si Abril siguiera dormida y esas palabras fueran solo producto del sueño que estaba teniendo.

-¿Dormiste bien?- Marcie cambió de tema, y al ver que Abril solo hacía un gesto vago con los hombros, comprendió que algo no iba bien -¿Sucede algo?

-No lo sé- la humana decidió sentarse al lado de su amiga.

-Sabes que puedes confiar en mí ¿Verdad?

-Es que...- Abril tardó mucho en pensar qué diría, al final, decidió ser discreta —Cuando ganaste los juegos... ¿Te sentiste extraña después?

-Pues claro, podía trasportarme a cualquier dimensión ¡Que fabuloso! Lo aproveché al máximo- la forma en que lo dijo la quimera sonó muy alegre, más de lo que ameritaba.

-No, me refiero... ¿No te enfermaste? O algo parecido

-No... Abril, ¿Te sientes mal, acaso?

-Creo que me estoy volviendo loca

-En el fondo, todos estamos locos, depende de nosotros demostrarlo o no

-No estoy humor para bromas, Marcie

-No es una broma, es una realidad... por cierto- la expresión de Marcie cambió drásticamente, sus ojos perdieron ese brillo alegre y su tono de voz se volvió más apagado —Michael dice que ansía verte

-¿Y cómo se supone que pueda verlo?- el silencio de la quimera fue más que suficiente para que la humana comprendiera —Oh, mierda- dijo en susurros —Creí que me darían más tiempo para adaptarme

-Han pasado ocho meses, además, todavía tienes tiempo, solo te envían una carta

De la mano de Marcie comenzó a salir humo negro que fue tomando forma de un sobre, se lo extendió a su amiga y luego, como si quisiera evitar verla llorar, desapareció.

Abril, voz de inocentes [Crónicas de Abril #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora