Un pequeño secreto

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-Cosas que debo hacer- dijo Abril mientras sostenía un cuaderno donde anotar todo —Ver qué demonios haré para los juegos es lo primero, ni siquiera deseo involucrarme otra vez ¿Por qué debo organizarlos? Como sea, creo que estoy obligada- y llenó el primer renglón de la hoja —La tarea, que mi profesores no entienden que no por ser muy lista y sacar calificaciones casi perfectas me gusta realizarla, es más, desearía faltar a clases, no tiene sentido que valla, soy muy inteligente y abusada, además, mi salón de clases está algo atrasado en la mitad de las materias, lo mejor sería atrasarme yo y luego ponerme al corriente, aunque no me tardaré ni unos días... mi madre no me lo permitirá- y escribió otra palabra en la hoja —Le preguntaré a Jess y Valeria si me acompañan algún día a comprar ropa o por un helado o algo, necesito relajarme de algún modo- con su letra más bonita anotó los nombres de sus amigas —Hablar con Marcie e insistirle que me ayude a contactar con Michael, de verdad necesito hablar con él, lo extraño mucho, y tiene razón, la telepatía no es muy buena opción- los ojos de Abril comenzaron a sentirse pesados mientras escribía esa idea y de un momento a otro cayó dormida.

* * *

-¡Cupido!- gritaba un grupo de chicos, parecía que buscaban a alguien.

Uno de ellos extendió un par de enormes alas blancas de su espalda y alzó el vuelo, mirando de un lado a otro y poniendo atención para encontrar algo. Giró la cara, era el mismo chico que había aparecido en sueños anteriores, aquel que pedía ayuda, el mismo que preguntaba sobre el amor a una joven.

-Cupido, aquí estás- dijo bajando en picado hacia un manantial muy cristalino, se acercó a una joven de cabello oscuro y rizado, que vestía un vestido algo corto color blanco con un listón rojo que le rodeaba la cintura.

Ella volteó, miró con sus ojos azules al muchacho y sonrió, por alguna razón le alegraba verlo.

-Hola, ¿Cómo ha ido todo?

-Cupido, te han estado buscando, parece una emergencia

-Siempre hay emergencias, y al final resulta no ser nada importante

-Valla necedad la tuya

-Te hice una pregunta

-¿Qué dices?

-¿Cómo te ha ido?- el chico se quedó mirando a la joven con una mirada extraña —Me gusta saber que hago correctamente mi trabajo

-Bien, ella es fantástica, te lo agradezco mucho

-Es mi trabajo, y me gusta hacerlo

-Pero hay un problema

-Eh?- preguntó ella ahora distraída, observando las ondas en el agua

-Es un ángel oscuro

-No es un ángel oscuro, es un ángel de la muerte, son diferentes, los oscuros desaparecieron hace años

-Da igual, ella es un ángel de la muerte, ellos solo traen dolor y caos, traen... muerte

-Es su trabajo, así como tú eres un ángel querubín, que protegen la luz y las estrellas

-Mi trabajo es cuidar algo divino, el suyo matarlo

-Sin su esfuerzo los ángeles del nacimiento se quedarían sin trabajo- Cupido rio un poco ante su comentario —Pertenecen a una misma categoría, así que no, los ángeles de la muerte no son malos, son parte de la vida... por decirlo de algún modo

* * *

-Otra vez esa chica- dijo Abril mientras despertaba, sentía un intenso frío que le helaba la piel, sentía que se congelaba.

Abril, voz de inocentes [Crónicas de Abril #2]Where stories live. Discover now