XIII

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Para mí nunca fue un juego, para ti fue un beso más

Christopher observó atentamente a la pareja sentada en la mesa del fondo, quien ya empezaban a guardar sus cosas por lo que intuía que estaban por irse, una vez lo hicieron se acercó rápidamente a la meza para llevarse las tazas que estos habían usado y, obviamente, tomar su propina.

La cafetería estaba prácticamente vacía a excepción de una mesa que ya se encontraba a cargo de uno de sus amigos, por lo que se dirigió a la oficina de su esposo dispuesto a pasar más tiempo con él ese día, ya que por la mañana habían despertado bastante y no tuvieron tiempo de verse más que en el auto.

Se cruzó con Joel, a quien le dedico una sonrisa y una pequeña palmada, antes de entrar y cerrar la puerta de aquella oficina tras él.

—Te extrañé tanto hoy- comentó el castaño una vez dentro del lugar, alargando la "a".

Erick se levantó de su silla para pegarse al pecho de su esposo quien lo recibió gustoso de recibir el primer abrazo del dia.

—Yo igual.- afirmó viéndolo a los ojos.

Christopher tomó a Erick de la barbilla para poder observar mejor aquellas esmeraldas que brillaban, siendo llenado por un sentimiento indescriptible besó al chico frente a él. El castaño llevó su mano libre a la pequeña cintura de su pareja para poder pegarlo más a él de modo que no quedara espacio entre sus cuerpos.

—Ey- dijo una vez se separaron- ¿Qué hacía Joel acá?- preguntó con curiosidad y sin un ápice de desconfianza cosa que el ojiverde no notó por lo que se puso nervioso rápidamente aunque pudo disimularlo.

—Lo vi pasar al baño y le pedí que me prepare un café pero tuve que explicarle como me gusta- explicó con simplicidad, encogiéndose de hombros para restarle importancia.

— ¿Sabes?- dijo el castaño tras aceptar esa respuesta- Yo estuve convencido de que estaba enamorado de ti, hasta que lo vi besarse con el otro chico.- comentó riendo mas una preocupación le surgió al notar la forzada risa de su esposo- ¿No le gustabas, verdad?- cuestionó.

—Sí, lo hacía- murmuró.

—Y por tu actitud supongo que el a ti- asumió para sí mismo luego de alejarse y resoplar- ¿Él te gustó?

—A ti no te puedo mentir, amor- murmuró jugando con sus dedos.

—No lo hagas entonces- pidió firme.

—Me gustó, sí.- afirmó avergonzado- Bueno, de hecho creo que un simple capricho porque nos dimos un beso y salió de mi sistema completamente.- explicó sin poder mirarlo a los ojos- Nunca te lo dije porque me sentí muy culpable, tenía miedo de perder a la mejor persona de mi vida por un simple beso sin relevancia.

Una lágrima cayó por la mejilla del ojimiel quien se encontraba al otro lado de la puerta; para él ninguno había sido un simple beso, cada roce que sus labios tuvieron le producía la misma magia y felicidad que el primero.

Le dolía que no fuese mutuo. 

Besos en guerra||Joerick||Terminada||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora