XIV

155 13 0
                                    

Y si vuelves a mi vida no es que estés perdida, no es casualidad

—Tenemos poco tiempo.- me informó Erick abalanzándose sobre mí una vez entré a su oficina, por su propio llamado.

—No quiero.- dije tajante alejándolo con mis brazos.

— ¿Qué? ¿Cómo qué no? ¿Qué pasó?- cuestionó el ojiverde sintiéndose herido.

— ¿Para qué quieres de todos modos? Si para ti mis besos no son más que algo sin relevancia, solo soy un simple capricho ¿No?- cuestionó usando las mismas palabras que él había utilizado previamente.

—Joe...- murmuró sin saber que decir.

—Me voy- dije dándome la vuelta para salir pero su mano alrededor de mi brazo me lo impidió por lo que resoplé frustrado- ¿Ahora qué, Ercik?- me quejé moviendo mi brazo de una forma en la que se solté del agarre del ojiverde de manera brusca- Un día me quieres y al siguiente soy un capricho, un día me amas y al siguiente yo sabía en lo que me metía. Estoy harto de tus cambios de humor e ideas.

—Podrías irte si quisieras, lo sabes, no te obligo a seguir conmigo- se defendió el azabache sintiéndose ofendido y atacado.

—Yo intenté superarte pero quien decidió volver a mi vida fuiste tú, quien decidió volver a esto fuiste tú. Fuiste tú quien volvió a mi vida, y eso no es casualidad, pero no dudes de mi capacidad de sacarte si para ti voy a ser un simple juguete con el que te encaprichas y quieres de a ratos.

— ¿Qué se suponía que le diga a Christopher? ¿Qué eres mi amante? ¿Qué te amo? ¿Qué me encanta que me folles? No me jodas, Joel, no tenía más opciones si quiero mantener mi matrimonio.- objetó enojado.

—No piensas dejarlo.- murmuré tras una risa sarcástica- Dios- reí mientras posicionaba mis manos en mi cabeza tirando mis rulos para atrás- soy un puto chiste, tu puto chiste- exclamé empezando a enojarme.

— ¿Qué?- cuestionó el ojiverde confundido ante el cambio de emociones tan repentinos.

— ¡Que soy el imbécil que se creyó que necesitabas tiempo para dejarlo, cuando evidentemente no pretendes hacerlo!- Exclamé enojado.

—Baja tu puto tono de voz, a mí no me gritas.- sentenció Erick sentándose en su silla.

— ¿Tú puedes destruirme pero yo no puedo gritar?- cuestioné irónico.

—Tú eres quien eligió seguir conmigo, atente a las consecuencias, Joel.- Dijo seriamente mirándome a los ojos.

—Tú fuiste quien volvió cuando te estaba superando, eres tú quien me ilusiona y me rompe constantemente ¿Y sabes que es lo peor? ¡Qué no te importa! No te interesa la cantidad de noches que pasé llorando por ti, no te interesa la cantidad de planes que hice viéndote a mi lado, no te interesa como me siento o dejo de sentir y ¡Eso ya lo sabemos! ¡Siempre lo supimos y yo me sigo haciendo el imbécil! Yo sigo de estúpido creyendo en tus falsas promesas porque fuiste tú quien decidió volver a mi vida.

— ¡Renuncia y lárgate entonces!- me gritó- Vete a la puta mierda de una vez si lo único que vas a hacer constantemente es quejarte por algo que ya sabias como era. No me puedes culpar por volver ¡A mí trabajo!

Suspire tratando de calmarme apara no tomar una decisión de la que me arrepentiría con la cabeza caliente, realmente necesitaba el dinero y no podía arriesgarlo por un hombre que no sabe lo que quiere.

Tomé aire fuertemente para después soltarlo y acercarme a la puerta para retirarme del lugar dejándolo con un portazo, agradecido de que nadie se diera cuenta me dirigí al baño para lavarme la cara y retomar con mi trabajo.

Besos en guerra||Joerick||Terminada||Where stories live. Discover now