Capítulo 8

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Saco mi espada del pecho del hombre Trikru. Sangre y sudor me cubren luego de una batalla reñida. Parece ayer la primera vez que asesine a alguien. Pase noche enteras intentando controlar mi llanto y olvidarme de lo sucedido. Intentado que no me afectase tanto, después de todo el había asesinado a bruja amargada. Preguntas como si tendría familia o amigos me atormentan. Las mismas dudas vienen a mi mente luego de enfundar mi espada. Todos estos soldados que asesine en batalla, ¿Tendrán a alguien que los este esperando en casa?

Desplazo esas ideas a lo mas profundo de mi mente. Hice lo que debía hacer. Mi único consuelo es que son ellos o yo, y por mucho prefiero mi vida. No es mi primera batalla, pero tampoco se ha hecho mas fácil con el tiempo como he esperado. Cada muerte me persigue en sueños, intentan vengarse por mi osadía a robarles algo tan preciado como lo es la vida. 

A lo lejos diviso una mujer que se acerca a Darius, quien se ha vuelto jefe de guerra y nuestro general al mando luego de la muerte de bruja amargada. Vuelvo a desplazar el dolor de su muerte y tomo mi arco. Nomon me lo regalo antes de ir a la guerra. Lo he decorado con trazos en la madera hechos a mano, por mi. También le he atado algunas cintas. Fue hecho a mi medida, es el arco perfecto. 

Apunto y disparo. La flecha se clava en su garganta y muere antes de poder hacerle algún daño a mi general. Me he vuelto su segunda, y una de sus mejores guerreras. Para ocupar mi mente y no pensar en mis demonios me he dedicado a entrenar mas duro, a hacer la mayor cantidad de tareas posibles. Todo para mantener mi mente ocupada, para no pensar en mis problema.

Mama me envía cartas apoyándome, pero hace tiempo han dejado de ser un consuelo. Pronto se cumplirán dos años lejos de su lado. Dos años que me han cambiado. Me he distanciado de ai nomon, evito a Roan y estar mas de cinco minutos en la misma habitación, entreno siempre que puedo y asesino a sangre fría. Estoy irreconocible físicamente también. Mi cuerpo sigue su desarrollo. Crezco en altura y mi figura es modelada. 

Pero en lo que mas he cambiado es la protuberante cicatriz que recorre desde mi comisura del labio derecho, hasta mi clavícula del mismo lado. Es la que el primer hombre que asesine me hizo. Cuando desperté en la tienda que hace de hospital, el curandero dijo que me harían puntos, pero me negué. Roan discutió con migo que era lo mejor, pero yo no di brazo a torcer. Finalmente me vendaron para que no siga sangrando.

El resultado es esta cicatriz sobresaliente en mis facciones. Nadie entiende porque quise conservarla, con los puntos apenas se hubiera notado. Para mi es un recordatorio de muchas cosas, de como se siente una traición, de como las personas no son lo que aparentan y de como se siente asesinara a alguien.

Ninguno son recuerdos bonitos, pero tampoco quiero que lo sean. Esta cicatriz marca el dia en el que Clarke murió y Skai Prisa nació. Con cada batalla pierdo aun mas mi humanidad. Me alejo de mis seres queridos, no solo lastimándolos a ellos sino también a mi en el proceso. Me siento rota y la adrenalina de la guerra es lo único que me emociona.

Levanto la vista y busco entre la multitud a Roan. Estaremos en un mal momento de nuestra relacion, pero aun es mi hermano y ni de lejos deseo su muerte. No necesito perder a alguien mas. El pánico me rodea cuando no lo encuentro en la multitud. Hemos ganado, los pocos soldados que sobreviven son encadenados para ser tomados como prisioneros de guerra, pero Roan no aparece. 

Corro entre los cuerpos, intentado encontrarlo. Con cada cara que reconozco o no, me desespero aun mas. Soldados Trikru y compatriotas Azgueda, pero no mi hermano. Comienzo a gritar su nombre y pregunto a todo el que me encuentro si lo ha visto. Nadie. Absolutamente nadie sabe donde esta. Pánico puro me invade, debo encontrarlo. Aunque ya no respire, debo hacerlo.

-¡Roan!- Continuo gritando su nombre en bucle, deseando me escuche.

Entre tropezones examino todo el campo de batalla, estoy a punto de rendirme cuando lo escucho. Es apenas un quejido, pero esta allí. Vuelvo a llamar su nombre y el quejido responde nuevamente. Corro hacia donde creo que esta y el ruido se vuelve mas fuerte.

Skai PrisaWhere stories live. Discover now