Capítulo 17

887 55 13
                                    

Clarke pov:

La noticia de mi triunfo contra Shana branwoda se extendió rápidamente por todos los clanes. Tan solo han pasado tres días, pero el respeto hacia mi persona ha aumentado considerablemente. No se si por haber ganado la pelea, o la muestra tan abierta de afecto que Lexa y yo compartimos. Como sea, no me quejo.

La reunión ha terminado hace unos minutos, tan aburrida como siempre. Lexa y yo nos quedamos en la sala del trono junto con la cabeza de rodilla de Calvakeepa. Ja, debo comentarles ese a los natblidas. Me han ido a visitar ayer en la noche y me comentaron la ingeniosa broma que se encuentran preparando. Ahora que ya estoy mejor, ni Lexa podrá detenerme.

Como siempre, Calvakeepa cuestiona cada una de las decisiones que Lexa decide tomar. Si fuera por mi, lo hubiera empujado por un balcón de la torre y alegar que fue un "accidente". Nadie me creería, pero tampoco me molestaría que se sepa. Su muerte le haría un bien a este mundo.

Cuando estoy a punto de clavarle mi daga favorita, Lexa le ordena retirarse. Gracias a Dios, o me quedaba sin daga de lo profundo que se la iba a clavar. Se retira a regañadientes y ambas respiramos mas tranquilas sin su presencia. Nos miramos divertidas y abro la boca para comentar alguna idiotez sobre el, pero tocan en la puerta.

-Adelante.- Lexa ordena y nos volvemos serias.

La puerta se abre de un estruendo y mi madre entra corriendo, directo a mi.- Oh, mi niña. Estas bien.- Me aprieta contra ella con demasiada fuerza, tanta que apenas respiro. Nos separa y ahueca mis mejillas. Sus ojos están cubiertos por lagrimas.- Creí que iba a perderte.- Se hecha a llorar.

-Hey, hey. Estoy bien, he ganado. Nada va a pasarme.- La abrazo y consuelo como puedo. No me había puesto a pensar en el susto que le estaba dando a mi madre en Azgueda.

Un mes y ya me olvido de mi madre, que terrible hija soy. Susurro palabras reconfortantes, en su oído, mientras froto su espalda. Por suerte no es mucho mas alta que yo. Abro los ojos y veo como Lexa nos observa emocionada. Extiendo una mano y ella duda, pero la toma. La jalo y se une en nuestro improvisado abrazo familiar. Las puertas se abren y se que es Roan.

-Hey, que a mi no me invitan.- Dice con falso enojo.

Mama se separa y lo agarra.- Ven aquí tu también.

Los cinco volvemos a abrazarnos. Siento humedad en mi hombro y me giro a Lexa, quien llora. Le sonrio y me besa brevemente. Se que no ha tenido este tipo de contacto con nadie desde que era una niña, hace ya mucho. El incluirla en nuestra familia es nuevo para ella.

Nos separamos y enjuagamos las lagrimas, volviendo a colocar nuestras usuales mascaras. El momento de ser vulnerables ha acabado. Mama nos sonríe, mientras coloca una mano en mi mejilla y la otra en de Roan. Es un gesto que ha hecho desde que éramos pequeños, en verdad extrañaba su calor maternal.

-No vuelvas a asustarme jamás así, o te mato.- Me amenza.

-¿Y si muero?- Le pregunto en broma.

-Entonces te revivo para matarte yo misma.- Trago saliva y me callo. No me cabe ni la menor duda de que es capaz. Roan ríe y lo fulmina.- La amenza esta abierta a ti también.- Para al instante y la que ríe soy yo ahora.

-Azplana, es un honor que nos honre con su presencia.- Mi novia siempre tan diplomática. Se ve que ni haciéndola participar en las bromas a Calvakeepa sirve para que se le valla la seriedad.

-Heda.- Nomon se inclina, mostrando su respeto.- Puede que sea la comandante, pero lastime  mi hija y ni su posición va a rescatarla de mi ira.

Lexa abre en grande los ojos y traga fuerte, mientras asiente. Mi madre cuando quiere da miedo. Sonríe satisfecha con su reacción y suaviza su mirada. Tomo la mano de Lexa y me la aprieta fuerte. Pobre, no esta acostumbrada a las amenazas de ai nomon. Subo su mano y beso sus nudillos. Me sonríe y un carraspeo nos saca de nuestra burbuja.

Skai PrisaTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon