Skai Prisa

Capítulo 10

Este capitulo esta dedicado a laraaaaay

¡Feliz cumple!

Aquí tu capitulo especial, dedicado a vos. Gracias por apoyarme, darme ideas y hacer tu control de calidad.

Ahora si, basta de sentimentalismos que a ninguna nos gusta. Mira, que ni emojis le puse. Eso seria demasiado. Mi orgullo no me lo permite.

Sin mas preámbulo, el capitulo......

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Clarke pov:

Observo al ciervo moverse hacia las bayas que deje apropósito. El pobre animal ha caído en mi trampa. Preparo el arco y apunto al ojo. De esa manera no sufrirá, morirá al instante. Respiro profundo, preparándome para quitarle la vida a otro ser vivo. No es lo mismo que asesinar a una persona, pero no lo vuelve mas fácil. Levanta su cabeza y olfatea. Demonios, que no me descubra. Parece no hacerlo, ya que vuelve a las bayas. Vuelvo a apuntar, estoy a punto de disparar, cuando un grito me sobresalta. El ciervo escapa y mi flecha se clava en donde segundos antes estuvo. Que desperdicio.

Me acerco y extraigo la flecha del tronco. Salgo a cazar desde hace ya mucho, suele ser una actividad que me relaja cuando estoy estresada, como ahora. Tres veranos han pasado desde que la coalición existe, tres años en los que los clanes han vivido en paz. Tres años en los que rutas comerciales fueron abiertas y los clanes intercambian productos, tecnología y conocimientos. Tres años en los que me he desarrollado.

Dentro de algunos meses me volveré formalmente adulta. Parece ayer cuando llegue a la tierra, y ahora estoy a punto de cumplir la mayoría de edad. Sin embargo mi comportamiento sigue siendo el de una adolescente. Por ejemplo ahora, me he escapado del castillo. La paz reina entre clanes, pero las cosas no son todas de color rosa por aquí. La tensión aumenta, y me temo que nos encontramos al borde de una guerra civil. Una guerra que podría extenderse a todos los clanes.

Desplazo esos horribles pensamientos, la razón por la que he venido a cazar, a intentar aclara mi mente. Roan y mama consideran que los bosques no son seguros y que no debo salir sin al menos dos escoltas, pero no hay nadie que los conozca mejor que yo. Tantas salidas furtivas, días de caza y huir de mis problemas me han dado un total conocimiento de la zona. Por supuesto siempre salgo armada con mi arco, una espada y múltiples dagas. Seria una estúpida si no lograra defenderme. Sin mencionar que he continuado entrenando, mejorando cada día.

Me vuelvo hacia donde vino el grito y cargo el arco. Mas que un grito de terror, fue una orden. Hay un rio a unos metros, tal vez sea alguien que viaja y se ha detenido a beber y descansar a la orilla. Sin bajar la guardia, camino entre los arboles. Estoy cerca de la orilla, cuando los murmullos me alcanzan. No puedo entender que dicen, pero el acercarme mas seria peligroso, me descubrirían.

Retrocedo unos metros y me subo a un árbol. Trepo por sus ramas, hasta una altura considerable. Están cubiertos por la espesa nieve del invierno. Salto hacia el siguiente, y al otro, hasta llegar al borde, donde se encuentra el rio. Mis pieles blancas y mi clara color de piel me ayudan a camuflarme. Dos hombres hacen guardia a cada lado. Idiotas, ni siquiera me han oído venir. Una mujer bebe agua del rio. Hay cinco caballos, por lo que faltan dos personas. 

Frunzo el ceño, deberían estar cerca. Antes que pueda reaccionar escucho una rama crujir detrás mío y una daga se posa en mi garganta.- No te muevas o te asesinare.- Apreto la mandíbula y dejo que la mujer me arrastre. Tal vez no son tan idiotas como pensé. Me baja del árbol y caigo pesadamente al suelo. Me jala de las pieles y me tira a los pies de la mujer que vi bebiendo en el rio.- Heda, esta niña nos observaba en los arboles.- Mierda, estoy jodida.