Capítulo 12

967 70 10
                                    

Lexa pov:

La luna brilla alumbrando la noche. Por suerte hoy no hace tanto frio como ayer. El clima helado se esta haciendo imposible de tolerar, si pudiera me marcharía ahora. Pero varias cosas me detienen. Una posible rebelión, el hecho de que estamos rodeados, una princesa rubia que tiene unos hermosos ojos azules, tan profundos como......

-Lexa, concéntrate. Ser comandante es estar solo. Recuerda, el amor el debilidad.- Las comandantes me reprenden.

Tienen razón, debo concentrarme. Una guerra esta a nuestras puertas y yo pensando en alguien mas. Suspiro. Ojala todo fuera mas fácil. Ha pasado tanto tiempo desde que recibí afecto. Mis padres ya no están y tampoco tengo amigos. Estoy sola. A pesar de haber tenido encuentros físicos con mujeres, ninguna a despertado tanto interés como lo hace Clarke. 

Desde que la conocí hace ya tantos años, me llamo la atención. Ahora que ha dejado de ser una niña, que se ha vuelto una mujer, no puedo dejar de verla con otros ojos. Sin embargo, desde hace mucho no me he permitido hacer lo que quiero, sino lo que es mejor para mi pueblo. Y esto no trae ningún beneficio. Al contrario, mi propio pueblo me tacharía de débil. Incluso, no me cabe duda intentarían asesinarme. La única manera de que halla un nuevo comandante, es que el anterior muera. Una muerte repentina es todo lo que necesitan.

Escucho unos pasos y se que es ella, antes de que se apoye en la baranda unos centímetros a mi izquierda. Al igual que anoche, ninguna puede conciliar el sueño. La mutua compañía parece tranquilizarnos a ambas. Me pongo ligeramente nerviosa ante su presencia. No me la he cruzado desde la tarde, no se presento en la cena. Tampoco su hermano, deduzco estaba con el.

-¿Porque me quieres como tu asesora?- Pregunta rompiendo el silencio.

Ah, claro. Mi propuesta. Me había olvidado. El hecho de que este desarrollando sentimientos por ella lo hace difícil el tener que pasar tanto tiempo juntas. Mas que difícil, incomodo. Pero no me puedo permitir pensar con el corazón, debo pensar con la cabeza. Y mi razón me dice que tener a Clarke como asesora es una buena decisión. Una muy buena.

-Porque eres una de las mejores guerreras y estrategas que he conocido. Y aquí desperdicias ese talento.- Y porque quiero conocerte. Okay, eso ultimo no lo dije en voz alta. Me reprendo mentalmente por si quiera pensarlo.

Ella me sonríe un poco.- Gracias por el cumplido, Heda. Tendré en cuenta su oferta.- Frunzo el ceño ante su respuesta. Creí que aceptaría de inmediato. Ella parece notar mi confusión.- No me malinterprete, es la mejor oportunidad que me han dado. Pero aceptarla significaría dejar Azgueda, a mi familia.- La tristeza adorna su rostro ahora. La sola idea de separarse parece afectarle. 

Asiento sin comprender. No dependo afectivamente de nadie, por lo que no se lo que es extrañar a alguien que te importa. Me compadezco de mi misma antes de apartar esos pensamientos. Recuerda Lexa, el amor es debilidad. Devuelvo mis pensamientos a los rebeldes. El plan de Clarke es brillante, pero arriesgado. Nos basamos en la conjetura de que ellos mintieron sobre su numero de guerreros. Los nervios me invaden. Si ellos ganan, habrán tomado Azgueda. Conquistar la capital equivale a conquistar un clan entero.

-¿Nerviosa por la batalla?- Me pregunta con una sonrisa altanera. Me sorprendo ante su capacidad de leerme con tanta facilidad.

-Un poco.- No sirve de nada mentirle, ella lo sabría.- Si perdemos, estamos muertos.- Ella asiente de acuerdo.

-Entonces no perdamos.- Afirma.

Volvemos a caer en nuestro silencio cómodo. No se porque se que nos veremos cada noche. Es como si hubiéramos hecho un acuerdo tácito, completamente mudo. La idea me agrada, aunque se que no debería. Pero no tengo prohibido sentir, sino demostrarlo. Solo han pasado dos días desde que llegue y ha sido suficiente para colarse en mis preocupaciones. ¿Qué hará dentro de estos días?

Skai PrisaWhere stories live. Discover now