Restos

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Bea y Max se encontraban desayunando en un Subways que había cerca. Había pasado mucho tiempo desde que se habían visto por última vez, querían pasar tiempo juntas antes de hacer lo realmente importante. Además, Ruff estaba ocupado con su proyecto, o al menos eso le dijo la Guardia Infinity.

En realidad, el Coronel Ruff estaba en el satélite de la tierra.

La Vigilante de la ciudad estaba feliz de ver a su mejor amiga. Lo notificó a sus demás amigos, quienes gustosos acudieron al llamado.

 Lo notificó a sus demás amigos, quienes gustosos acudieron al llamado

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Brock: ¿Qué rayos te pasó?

El rostro de La Bióloga estaba ensangrentado. Tenía heridas en varias partes de su cuerpo. Estaba muy malherida.

Bibi: ¿Tú donde te habías metido? Desde la destrucción del Scarlet Lance pensamos que habías muerto. Hasta hay una tumba con tu nombre en Starr Park— dijo un tanto sorprendida

Bea: Gracias a Rosa llegué a una cápsula de escape antes de que... pues, sucediese...

Bea se negaba a recibir tratamiento médico. No dejaba que nadie se acercase para sanar sus heridas. No tenía tiempo para ello.

Bibi: ¿Y que estabas haciendo en el tiempo que te dimos por muerta?

Bea: Investigando, y huyendo. Estaba sola en Teegarden B, Andrómeda, viviendo para una tribu salvaje de vida desconocida. Me enseñaron sus costumbres y su lenguaje, a cambio de enseñarle los nuestros. 

Max y Bibi escuchaban fascinadas, mientras Brock dudaba un poco.

Bibi: ¿Saben que el piloto Ricochet se dio por desaparecido después de intentar atender a la llamada de auxilio de una nave de la Starr Force?

Brock: ¿Y tú cómo sabes eso?

Bibi: Tengo una cita con su hermano. Cita no romántica, él quiere hablar conmigo sobre la compra de una moto...

Max: Cambiando de tema antes de que sea incómodo, ¿Ustedes a que se dedican?

Brock: Tatuador y cortador de pelo— dijo sacando un peine y peinando su casi calva

Bibi: Mesera en un restaurante y ayudante en el taller de una amiga.

Max: Cumplo mi sueño desde niña. Estos tarados ya saben que es— los dos reían mientras Bea intentaba mantener la mirada

Bibi vio el reloj de su muñeca. Se le estaba haciendo tarde.

Bibi: Oigan, ¿Quieren ir al cine?— dijo mostrando cuatro boletos para una película de ciencia ficción sobre la Guardia Infinity

Bea se opuso rotundamente a la idea. A esas horas de la mañana el coronel ya debería de haber vuelto.

Pero nada más salir del establecimiento, se desmayó a causa de sus heridas.

Starr ForceWhere stories live. Discover now