La Ecuación de la Vida

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Y no vino nadie. Salvo el tipo que intentó dañar a Rainer, no apareció nadie más.

Esperaron unos segundos. Cuando fingieron bajar sus defensas tampoco apareció alguien. Sencillamente se desentendieron y abandonaron el barco.

Reus: ¿Lograron sacar la bomba?

Janet: No había bomba. Fue una falsa alarma. Y por cierto, deberíamos arrestarlos por traficar con cadáveres. Pero tenemos cosas más importantes con las que perder nuestro tiempo, así que usen esa oportunidad para enderezar su camino o terminarán como el tipo de dentro. Gracias.

Triunfal, pasó de largo. Ya entendía a Rainer: se sentía bien hacer eso. Sus compañeras se le unieron poco después.

Subieron a la camioneta, con Janet, Eira, Asha y Rainer atrás celebrando el triunfo, mientras Sadín conducía e Íkaris le acompañaba.

Esta última estaba más decaída de lo normal. Desde que empezó todo este embrollo ella estaba así. Lógico, mataron a su mamá ese día. Quizás estaba melancólica por el recuerdo. Quizás pensaba que todo se pudo haber evitado si en lugar de celebrar el triunfo de su amiga sencillamente se quedaba con su madre. 

Que farol más grande.

Sadín: Ícaro, querida, ¿Pasa algo?

Íkaris: ¿Tanto se nota?

Sadín: No lo has intentado disimular, así que sí.

Ícaro suspiró con pesadez. No estaba del todo segura de querer hacerlo, pero en caso de confesarse con alguien, sería precisamente con ella, así que prosiguió.

Sadín: Déjame adivinar: tiene que ver con Janet.

Íkaris: Sí soy un libro abierto, ¿No?

Sadín: Exactamente.

Soltaron pequeñas risas, rápidamente ahogadas en el silencio.

Íkaris: Sabes, apropósito me quedé atrapada en la primera prueba.

Sadín: ¿Qué quieres decir?

Íkaris: Sabía que si seguía avanzando no podría parar. Tarde o temprano llegaría a Béllum...

Ardem empezaba a formular sus teorías. No lo dijo solo porque quería escucharlo de los labios de su amiga.

Íkaris: Tenía miedo de descubrir que era lo que más anhelaba. Miedo de que me pasase lo mismo que a Rainer: entrar al sueño perfecto y no poder salir.

Sadín: Y por eso fingiste quedarte en primera fase.

Íkaris: Sí...

Eran obvias sus intenciones. También tremendamente ilegal, pero evidentes.

Íkaris: Sadín, quiero conocer mi Béllum. N-no me malentiendas. Es solo que ya no sé lo que quiero. Tus constantes bromas junto con las de Rainer y Eira no salen de mi cabeza. No se que es lo que más anhelo, y necesito saber si ella forma parte de ese Sueño Perfecto.

Ardem lo pensó unos segundos. No era primera vez que alguien estaba dispuesto a cometer ilegalidades con tal de saber lo que más deseaba, pero sí la primera vez que lo veía de una valquiria y con el Béllum.

Desde luego esto rompía muchas reglas.

Sadín: No sabría que decirte sobre tu idea... Pero es obvio que sientes algo por Janet. No te culpo, a veces siento celos de que ella sea de la realeza.

Íkaris: Por favor Sadín, se más seria.

Sadín: Lo siento. Pero es verdad: ella despierta sentimientos en ti, y en mi cartera. 

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