Inefable

10. Un baile en el que no colaboraré

Capítulo 10:

Un baile en el que no colaboraré

***
Paul y yo nos encontramos en la alcaldía del pueblo, esperando a que su padre nos pueda atender.

—¿Y crees que acepte lo del baile?—pregunto.

—No perdemos nada con intentarlo, además debemos buscar alguna solución para salvar la plaza.

—¿Y sí esto no funciona?

—Trataremos de convencerlo. No podemos permitir que toda esa gente se quede sin empleo.

Los pasos de la secretaria del alcalde nos interrumpen, y con un movimiento en la cabeza nos indica que pasemos a la oficina.

—Buenos días, alcalde Davis.—saludo.

—Buenos días, señorita que nunca he visto por aquí.

—Me llamo Sol Barnes, y seguramente no me ha visto porque no soy del pueblo.

—Bien, Sol Barnes, ¿a qué debo tu visita y la de mi maleducado hijo?

Paul toma asiento en una de las sillas que están frente al escritorio de su padre, yo lo imito y espero a que él hable.

—Papá...

—¿Qué te he dicho sobre tratarme con informalidad en el trabajo?—lo señala.

—Alcalde Davis.—se corrige.

—¿En qué puedo ayudarte, Paul?

—Hemos venido a ofrecer que no destruya la plaza.—hablo.

—Ya han venido como veinte personas a lo mismo, pierden su tiempo.

—Pero nosotros traemos una solución para el problema—Paul se pone de pie—. Algo que favorezca de igual forma a la llegada de turistas.

—Los escucho.

—Un baile ambientado en la antigüedad—digo—. Donde nos vistamos de igual forma y al mismo tiempo le demos un toque moderno.

—¿Y eso en qué serviría?

—Sí las personas fuera del pueblo se enteran de que hay una noche en específico donde todo es "mágico" por así decirlo, estoy segura que vendrían y participarían.

—Y puede ser una vez al año—dice Paul—. Así la emoción por cada espera sería más y más.

—¿Y piensan utilizar la plaza para ese evento?—el alcalde sonríe sin diversión—. Será un fracaso, el lugar da una mala impresión.

—La arreglaríamos y se guardarían todas las cosas de venta por esa noche.

—¿Y creen que los vendedores los apoyarían en eso?

—Al saber que así tienen un trabajo fijo, estoy seguro que lo haran.— Paul le sonríe de igual forma.

—Bien, hagan su dichoso baile y veré sí es tan bueno como para cancelar mis planes.