Inefable

30. Amarillo

Capítulo 30:

Amarillo

***
El tiempo a veces pasa más rápido de lo esperado, como sí se pusiera de acuerdo con tu vida para hacerlo y que todo aquello que vivimos se vaya en un suspiro.

Es como sí solo chasqueara los dedos y las cosas simplemente desaparecieran.

—¿De nuevo con tu diario?—me pregunta la abuela.

—Ya se acabarán mis páginas, quiero terminarlo en la última semana acá.

Ella me sonríe un poco y me da una mirada que no comprendo.

—¿Qué?

—Te noto insegura acerca de lo que se supone que harás cuando te vayas.

—Iré a la universidad a la que había acordado en un principio, le dejé mensajes a papá sobre que no caeré en su chantaje.

—¿Y de verdad quieres ir a esa universidad, o ya te hacía un poco de ilusión irte al extranjero?

Cierro mi diario y me acomodo mejor en el sofá para mirarla.

—La única forma de que eso fuera posible sería dándole el derecho de decidir por mi, no tengo más opciones.

—O quizá si.

—¿Ya podrías decirme qué planeas?

—Lo diré antes de que te vayas, solo estoy segura de que tengo todo bajo control.

Entrecierro mis ojos al no estar muy convencida de lo que dice, pero luego la necesidad de decirle algo me hace hablar.

—Por cierto, abuela...

—¿Si?

—Cuando vine al pueblo creí que sería lo peor del mundo, como sí fuera una locura pasar una temporada aquí.

—¿Y eso cambió?

—Lo hizo, y te quiero agradecer por eso. Dijiste que harías lo posible para que la pasara de lo mejor y lo lograste.

—¿Yo logré eso?

—Si, y siento que en este tiempo he conectado más contigo, ni siquiera puedo creer que me haya privado de visitarte tiempo antes.

—¿Y eso qué significa?

—Que puedo venir más seguido, podríamos tener salidas y jugar al bingo, o pasear a Encantador y también salir con Dean...

—Dean—repite—. ¿Se podría decir que parte de tu felicidad tiene que ver con él?

—Puede ser.

—¿Y en qué términos quedaron?

—Sí la vida lo quiere nos reencontraremos, y de no ser así supongo que será algo que recordaré.

—Esas fueron las mismas palabras que le dije a tu abuelo al separarnos.

—Hablando del abuelo, tengo una pregunta.