20. Ya no se trata de Paul

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Capítulo 20:

Ya no se trata de Paul

***
Encantador y yo nos observamos como en esas películas de vaqueros cuando van a enfrentarse a un duelo.

—No te salvarás de tu baño.—le muestro una pequeña cubeta con agua.

Encantador me mira y luego a la cubeta, y sin esperar más tiempo, sale corriendo por todo el patio.

—¡Cobarde!

Después de unos cortos segundos, escucho pasos acercándose, así que levanto la cubeta y lanzo el agua al creer que es Encantador.

—¡Ah!—Paul pasa una mano por su camiseta para tratar de secarse.

—Paul—me cubro la boca con sorpresa—, creí que eras Encantador.

—¿Acaso tengo cara de ser un perro?—hace un mal gesto al ver que no hay nada que pueda hacer para estar seco.

—Lo lamento, no esperaba tu visita para ser honesta.

—Eso veo.—se señala a sí mismo por su estado.

—Y ahora he mojado tu ropa de niño rico.

—Tal parece que se te han pegado algunas frases de Dean como eso de niño rico.

¿Y a qué se debe tu inesperada presencia?

—Vine a disculparme por lo sucedido con mi padre la otra noche.

—¿Te refieres a su ataque?

—Si, me siento muy apenado por la forma en la que pasó todo, y créeme que ni siquiera he querido dirigirle la palabra por lo mismo.

—No fue tu culpa, es decir... él creyó que yo estaba influenciándote de alguna forma para "faltarle al respeto"

—Tonterías, ese discurso es algo que llevo preparando hace ya un tiempo, independientemente de haberte conocido o no.

—En lo personal estoy muy orgullosa por tu valentía al enfrentarlo frente a todos, y luego no haberlo ayudado a levantarse cuando trató de golpearme.

—Gracias, supongo.

Hay un silencio incómodo.

—Y en cuanto a lo que pasó en el cumpleaños de Tommy...

—No quiero hablar del tema, Sol. Fuiste muy clara al decirme que te estabas enamorando de Dean o lo que sea que haya entre ustedes.

—Nunca quise lastimarte, pero no podía darte falsas esperanzas.

—Solo espero que estés segura de que eso que tengas con Dean no solo sea algo sexual, porque después del sexo se va la magia, eso lo tengo muy claro.

—Estás hablando con un tono amargo, ¿pasa algo?

—Estoy perfecto, Sol, de verdad.

—No lo parece—me cruzo de brazos—. Me gustaría que volvieras a confiar en mí para contarme algunas cosas.

—Esto es algo incómodo, tomando en cuenta que tú y yo casi tuvimos algo.

InefableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora