Extra. Capítulo 2

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Dean:

Abro mis ojos con pesadez y cierto disgusto tras casi no haber dormido en toda la noche.

Por supuesto que me he quedado en casa de Sarah antes, pero era más fácil cuando su nieta Sol ni siquiera aparecía por acá.

—Buenos días, Dean—Sarah me da una sonrisa—. ¿Estás bien?

—Perfecto, esta es mi cara de amo al mundo.—señalo mi rostro.

Sarah me sirve algo de desayunar y se sienta en la misma mesa para observarme.

—¿Qué?—pregunto con la boca llena.

—No pudiste dormir, ¿no es así?

—Por supuesto que dormí.

—Al parecer Solecito tomó tus pensamientos anoche...

—No, nada que ver. Viene llegando y ya no la tolero, me pegó con un paraguas y luego me ignoró por estar escribiendo quién sabe qué cosa en su libro.

—Diario—me corrige—. ¿Y estás molesto porque te golpeó o porque después no te volvió a dirigir la palabra?

—Me da igual, no me importa en absoluto conversar con ella... ¿lo ves?, soy el mismo de siempre.

—Yo podría...

—No, Sarah, no insistas en algo que simplemente no existe, la vengo conociendo y fue suficiente.

—Bien, sí no te interesa pasar tiempo con ella...

Me encojo de hombros para restarle importancia, pero después trato de volver a sacar el tema.

¿A quién engaño?, si quiero conversar con ella.

—Pero podrías decirme qué tenías en mente... digo, no es que me importe...

—Pensaba enviarlos a una playa nudista.

Me ahogo con la comida y me apresuro a beber de mi vaso con jugo.

—Bueno, eh...

—Solo bromeo, Dean—arquea una ceja—. ¿O te estabas tomando en serio lo de ir desnudos a una playa?

—¿Yo?, no, no soy ningún pervertido, tengo valores.

—¿Tienes valores?—se ríe.

—Los tengo.

Aunque podría tirarlos a la basura, todo valdría la pena sí tan solo veo más de su piel y ella de la mía...

—Ya hablando en serio. Creo que podrías llevarla a la plaza, Dean.

—No tengo nada que hacer en la plaza.

—Comprar semillas de girasol sería una buena opción. Apuesto a que las necesitas.

—Te equivocas.

—Entonces puedes quedarte y yo ir con ella.

—Haré el gran sacrificio de ir yo y que me acompañe, me debes una.

Si, un gran sacrificio... ¿qué camisa debería ponerme?, creo que la azul haría que me mirara más y...

y nada, no me importa, me pondré cualquier cosa, tampoco quiero que me vea.

—De paso podrías llevarla a pasear.

—¿A pasear?, ¿me ves cara de niñero o qué?

—Sol está algo aburrida desde que llegó, seguro que le gustaría salir un rato contigo.

InefableWhere stories live. Discover now