U N O

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Había silencio en la biblioteca cuando Poché empujaba el carrito por el pasillo, colocando los libros en sus estantes mientras avanzaba.

El sonido de la puerta automática abriéndose rompió el silencio, seguido por el sonido de los tacones cuando la última persona caminó hacia las computadoras que están en medio de la habitación.

Mientras caminaba entre las hileras de estantes, volviendo a colocar los libros en el carrito, Poché vislumbró el cabello largo y oscuro, y unas manos delgadas que escribían en el teclado.

Empujando el carrito hacia atrás detrás del mostrador, Poché volvió a sentarse en su escritorio. Mientras recogía su almuerzo, ya había catalogado el último envío de libros en la base de datos de la biblioteca. Levantó la vista cuando la chica de cabello castaño oscuro en la computadora se puso de pie y caminó hacia la sección de negocios.

La joven estaba elegantemente vestida, y Poché la observó mientras caminaba, notando sus largas y pálidas piernas.

Dando vueltas en su silla, Poché se ocupó de hacer el papeleo e intentó ignorar el chasquido que hacían los tacones de la joven mientras paseaba por los pasillos.

Inmersa en su papeleo, Poché no oyó los pasos que se dirigían hacia ella hasta que el suave ruido sordo de los libros colocados en el mostrador le rompió la concentración.

Giró la silla para mirar a la persona que estaba al otro lado del escritorio. Era la joven otra vez, parada detrás de una pila de libros, con una sonrisa jugando en las comisuras de sus labios.

- Hola, me gustaría pedir prestados estos libros, por favor - , dijo, extendiendo su tarjeta de membresía. Poché tomó la tarjeta y escaneó el código de barras, mostrando el perfil de la mujer en su computadora.

Daniela Calle. Ese era su nombre.

Poché le devolvió su tarjeta y sacó el primer libro de la parte superior de la pila. Química electroanalítica. Poché levantó las cejas sorprendida. El resto de los libros también la sorprendieron: física, programación, negocios y economía.

Volvió a colocar el último libro en la parte superior y le sonrió a Calle.

Calle le dio las gracias y recogió su pila de libros, y con una sonrisa, caminó hacia la puerta principal. Poché la vio irse y se sonrojó cuando Calle la miró antes de abrir la puerta.

*****

Esa noche, en casa de Valentina, Poché no podía dejar de pensar en un par de penetrantes ojos achocolatados y una sonrisa burlona jugando en la esquina de un par de labios.

-¿Poché? - La voz de Valentina cortó su sueño.

Poché se sacudió y se volvió para mirar a Valentina, dándole una mirada inquisitiva. Valentina puso los ojos en blanco y repitió su pregunta.

- ¿Cómo estuvo el trabajo hoy? -

Poché le sonrió a su hermana y le lanzó un rápido "OK" con el pulgar y el índice, una vez más pensando en Daniela Calle. Mientras recogía otra porción de pizza, se preguntó cuándo la vería después.

S E Ñ A S  [Caché] Where stories live. Discover now