T R E S

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Esta vez fueron tres días.

Poché estaba caminando de regreso a la biblioteca después de su hora de almuerzo cuando vio a Calle parada entre las filas de libros, leyendo el reverso del libro que estaba agarrando con su mano.

Poché se dejó caer detrás del mostrador, saludando a su mejor amigo Fran, quien era el encargado de ciencias computacionales de la biblioteca, antes de sentarse detrás de su escritorio. Tomó un sorbo de su café y miró por encima de la pantalla de su computadora para ver a Calle, que estaba sacando otro libro de los estantes.

Un pequeño pliegue se formó entre las cejas de Poché mientras miraba a Calle. ¿Seguramente no era correcto juzgarla por su hermano? Parecía tan dulce, especialmente cuando se puso nerviosa el otro día. Incluso ahora, mientras Poché la miraba, Calle parecía tan normal, hojeando las páginas del libro que sostenía.

Unos minutos más tarde, Calle salió de las pilas de libros, llevando una pequeña pila con ella. Poché la miró fijamente, con la esperanza de que ella mirara, y cuando la atención de Calle se deslizó hacia la recepción, Poché saludó con la mano. Una amplia sonrisa iluminó el rostro de la castaña mientras caminaba hacia la chica con lentes.

-Me estaba preguntando dónde estabas - Dijo Calle a modo de saludo, mientras Poché buscaba el bloc de notas más cercano.

"Era mi tiempo para almorzar, tuve que hacer una parada para tomar café."

Poché levantó el bloc de notas, recogiendo la taza de café que había olvidado mientras miraba a Calle. Tomó un sorbo, esperando la respuesta de la chica más alta.

-Estoy terminando mi propio almuerzo, pensé en pasar y recoger el material de lectura nuevo - explicó Calle - Me alegro de haberte encontrado antes de irme.

Poché sonrió al bloc de notas, mordiéndose el labio mientras garabateaba una respuesta.

"No esperaba que regresaras tan pronto, todavía te quedan cuatro días para devolver los libros que tomaste prestados"

Calle soltó una breve carcajada y rápidamente se tapó la boca con la mano ya que, el sonido perturbaba el silencio de la biblioteca. La chica en cuestión se disculpó con un estudiante universitario irritado que la estaba mirando por encima de su computadora portátil. Se inclinó más cerca de Poché, bajando la voz a un susurro.

-Pensé en regresar pronto, hubo algunos temas que me llamaron la atención la última vez que estuve aquí.

Con una sonrisa, Poché tomó el primer libro. "Lenguaje De Señas Para Dummies". Rápidamente volvió a mirar a Calle, que todavía estaba inclinada sobre el mostrador con una sonrisa en su rostro.

- Alguien me recordó que el lenguaje de señas no es solo para personas sordas - susurró Calle, guiñándole un ojo a Poché. O al menos ella trató de guiñar un ojo. Salió como un parpadeo, lo que Poché pensó que era aún más lindo. Sintiendo su cara sonrojarse, Poché tomó el siguiente libro y se puso nerviosa cuando se dio cuenta de que era otro libro sobre lenguaje de señas americano.

Escaneando el último libro, Poché lo colocó encima del resto de la pila. Seis libros, todos sobre lenguaje de señas. No podía dejar de sonreír cuando le devolvió a Calle su tarjeta de la biblioteca.

-Bueno, será mejor que empiece - dijo Calle, recogiendo los libros y mostrándole a Poché otra sonrisa - Nos vemos la próxima vez.

No era una pregunta. Calle sabía que volvería a ver a Poché, sacando más libros como excusa para seguir regresando. Y Poché sabía que estaría contando los días hasta que volviera a ver a Calle.

*****

Era viernes por la noche, lo que significaba que Poché estaba en el antro favorito de Julieta, sentada junto a Fran en una cabina, a quien había arrastrado junto con ella.

Valentina y Julieta llevaron cervezas para todos, antes de instalarse frente a Fran y Poché. Ya estaban inmersos en una conversación sobre uno de los casos de Julieta en el departamento de policía.

- Así que logramos rastrear a uno de los muchachos hasta un almacén abandonado donde habían estado creando su club de lucha subterráneo. Lo llevamos a la estación y, a los cinco minutos de interrogarlo, teníamos el nombre de la persona detrás de él- dijo Julieta, con aire de suficiencia.

-Cierto, porque eres muuuuy intimidante - se rió Vale - ¿Qué hiciste, le enseñaste tus hoyuelos? Apuesto a que estaba aterrorizado.

-Puedo ser muy amenazante cuando quiero serlo Garzón - Julieta hizo un puchero, fingiendo fruncir el ceño cuando Fran y Poché se unieron a la risa de Vale.

~Ok, detective hoyuelos~ Poché le articuló a Julieta, provocando otra ronda de risas.

- ¡Oye! Si te entendí - Julieta resopló, cruzando los brazos, - Aprender el lenguaje de señas para ti fue una idea terrible, estás hiriendo mi orgullo aquí Poché- bromeó.

-Solo estamos jugando contigo bebé, estoy muy orgullosa de ti - dijo Vale, besando a Julieta en su mejilla - Pero tienes que admitir que tus hoyuelos son muy bonitos.

Poché sonrió, se sintió cálida por dentro al ver a Valentina feliz con la persona que amaba. Tomando un sorbo de cerveza, su mente se volvió hacia otra persona que conocía con lindos hoyuelos.

- ¿Poché? - volvió a la conversación y miró a Fran, que acababa de hablar. - ¿Estás bien? Has estado distraída durante todo el día - continuó.

Ella asintió, sonriendo mientras sostenía su botella de cerveza vacía. Hizo un gesto hacia la barra cuando se levantó. Tomando la botella vacía con ella, la señaló y levantó cuatro dedos hacia el bartender.

Mientras esperaba, pensó en lo que Fran había dicho. Era cierto, había estado distraída todo el día pensando en Calle, y había llegado a la conclusión de que tomaría una decisión sobre ella. Ella entendió por qué Valentina le había dicho que tuviera cuidado, ella siempre había sido demasiado confiada, pero sabía que su confianza no estaba fuera de lugar en Calle.

Mientras llevaba las botellas de vuelta a su mesa, sonrió para sí misma.

No podía esperar para volver a ver a Calle.

S E Ñ A S  [Caché] Where stories live. Discover now