V E I N T E

8.4K 403 47
                                    

El sonido de un automóvil avanzando a toda velocidad.

Su bufanda envuelta alrededor del cuello de Calle.

Ojos cafés claros y una sonrisa triste.

La sensación de urgencia mientras se arrojaba hacia adelante sin saber si llegaría a tiempo.


Los ojos de Poché se abrieron de golpe.

Estaba respirando con dificultad, una sensación de pánico en el pecho. Fue solo un mal sueño. Calle estaba a salvo, acurrucada junto a ella en la cama. El monitor de frecuencia cardíaca estaba sonando rápido mientras Poché intentaba calmarse. Todo estaba bien.

Ella cerró los ojos, tratando de calmar su respiración y ritmo cardíaco. Exhalando lentamente, Poché abrió los ojos y miró hacia el techo. Sus anteojos todavía estaban en su rostro, se habían quedado dormidas escuchando el suave ritmo de Calle leyendo en voz alta.

Giró la cabeza tanto como pudo con el collarín, tratando de no empujar demasiado la cama para no despertar a Calle. Era la primera noche de sueño que había tenido en días. Su cabeza descansaba a lado el hombro de Poché, sus ojos parpadeaban de un lado a otro debajo de los párpados cerrados. Un pequeño fruncido entre sus cejas era lo único que estropeaba su rostro tranquilo.

Poché no estaba segura de cuánto tiempo permaneció allí, escuchando las lentas respiraciones de Calle y sintiendo el suave ascenso y caída de su pecho presionando contra el costado de Poché. La morfina recorrió su cuerpo, adormeciendo el dolor y haciéndola sentir somnolienta. Todo estaba en silencio mientras Poché yacía allí, pensando las cosas.

Fue sacada de sus pensamientos por el sonido de la respiración de Calle acelerándose. Sus cejas estaban juntas y un gruñido bajo pasó por sus labios. Ella también estaba teniendo un mal sueño. Poché intentó levantar el brazo para despertar a Calle, pero la morfina hizo que su cuerpo se sintiera suelto y su brazo era demasiado pesado para levantarlo. Un gorgoteo silencioso sonó en el fondo de la garganta de Poché, no lo suficientemente fuerte como para despertar a Calle.

-¡NO! -el grito asustado salió de la boca de Calle mientras se levantaba en la cama. Girándose para mirar a Poché, se relajó visiblemente. Sus ojos tenían reflejos de temor, su pecho subía y bajaba al ritmo de su respiración agitada. Se pasó los dedos por el pelo y se lo quitó de la cara mientras jadeaba por aire. Una vez que se hubo calmado, rozó suavemente las yemas de sus dedos a lo largo del costado de la cara de Poché.

-Soñé que morías en mis brazos -sollozó en voz baja, mirando la cara de Poché como si no pudiera creer que realmente estuviera aquí. Poché hizo un pequeño sonido de indignación; a ella no le gustaba el hecho de que Calle también tenía pesadillas.

Acomodándose sobre las almohadas, Calle se acurrucó junto a Poché, relajándose al sentir el calor de ella a su lado. En este momento, deseaba poder sentir los brazos de Poché envolviéndola, haciéndola sentir segura. Pero fue suficiente saber que ella estaba aquí.

Se tumbaron al lado de la otra en silencio, consoladas por el hecho de que no estaban solas, hasta que el enfermero entró en sus rondas. Era la hora del desayuno, y para Poché eso significaba una papilla acuosa que podía gotear a través de los huecos en los cables. Calle insistió en alimentarla ella misma, y el enfermero se fue, informándoles que volvería más tarde para ver cómo estaba Poché.

Marta apareció cuando Calle estaba dándole la última cucharada. Calle y Poché miraron hacia la puerta cuando se abrió y Marta asomó la cabeza. Sonrió a las dos chicas, obteniendo una sonrisa brillante de Calle y lo que parecía una mueca de Poché.

S E Ñ A S  [Caché] Where stories live. Discover now