O N C E

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A la mañana siguiente, Poché se despertó con un mensaje de texto de Calle y la peor resaca de su vida. La luz brillante que entraba por las cortinas lastimaba sus ojos, mientras se ponía las gafas y enfocaba todo. Rápidamente se tragó las dos píldoras en su mesita de noche, tomándolas con el vaso de agua junto a ellas. Levantó su teléfono y leyó el mensaje.

[Voy de camino con el desayuno, estaré allí en 15.]

Poché comprobó la hora, eran casi las once en punto. Calle estaría aquí en cualquier momento. Rodando fuera de la cama, Poché se enderezó, su cabeza golpeaba por el movimiento. Se le revolvió el estómago y corrió hacia el baño, vomitando todo el alcohol de la noche anterior. Un fuerte golpe en la puerta envió un dolor punzante en la cabeza de Poché. Ahora recordaba por qué rara vez se emborrachaba. Las resacas son lo peor.

Le abrió la puerta a Calle, que estaba sonriendo ampliamente. Poché tenía envidia de lo bien arreglada que se veía esa mañana, con el cabello recogido en una cola de caballo, vestida casualmente en términos de lo que Calle pensaba que era casual. Claramente no tenía resaca.

- Buenos días - dije Calle, entrando con café y una bolsa de papel. - Querida, te ves horrible - comentó Calle, observando la apariencia desaliñada de Poché mientras optaba por un beso en la mejilla.

~Me siento horrible~ Poché firmó, haciendo una mueca por el sonido de la puerta golpeándose mientras la cerraba detrás de Calle.

- No estoy sorprendida - se rio Calle, dejando la comida y poniéndose cómoda.

~Oh por Dios, ¿qué hice? No puedo recordar nada~ Poché gesticuló, enterrando su rostro en sus manos.

- Bueno, en un momento pediste una ronda de algunos shots llamados Snake Juice para todos, y te los tomaste todos tú - dijo Calle, su tono medio sorprendido y medio asombrado, - Ni siquiera tuve tiempo para detenerte, solo te los tomaste como si nada.

Poché echó la cabeza hacia atrás, gimiendo internamente. Eso explicaría la terrible resaca.

~¿Qué más? Siento que un camión me atropelló.~

Calle se encogió de hombros casualmente, tomando un sorbo de su café. - Nada más en realidad. Bebimos, me obligaste a bailar y prácticamente tuve que cargarte a casa - se rio. - Ahora, aunque me encanta la vista, ¿No quieres ponerte unos pantalones antes del desayuno? - Preguntó Calle sonriendole a Poché. Sintiendo que su rostro se ponía rojo cuando Poché se dio cuenta de que estaba medio vestida, Poché asintió, levantando un dedo antes de lanzarse a su habitación.

Después de una ducha rápida, donde Poché se volvió a enfermar dos veces más, se vistió y volvió a la cocina. Se sentó frente a Calle y tomó el otro recipiente para llevar.

~Podría besarte en este momento~ Poché gesticuló mientras tomaba un sorbo de su café y hurgaba en los gofres que Calle había traído. Esta sacudió la cabeza, sonriendo por encima de su propio café.

Aclarando su garganta, Calle le sonrió a Poché. - Decidí tomarme todo el día libre. Pensé que podríamos pasar el día juntas y ayudarte a combatir tu resaca - dijo, levantando una de sus cejas.

Poché sonrió. Calle trabaja demasiado, rara vez se tomaba días libres de la oficina. Le encantaba cuando pasaban tiempo juntas sin que Calle tuviera que salir corriendo para resolver algunos asuntos en C-Corp.

~Suena perfecto, ¿Qué quieres hacer?~

Calle apoyó la barbilla en la mano, sumida en sus pensamientos. Sus ojos se iluminaron cuando se volvió para mirar a Poché. - ¿Qué tal nada? - ella sonrió. Poché frunció el ceño, sin entender por dónde iba Calle con esto.

S E Ñ A S  [Caché] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora