El derrumbe de la mansión Malfoy

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Harry le explicó con lujo y detalle como fue que lo despidieron;

La cosa fue que él estaba en el Ministerio cuando escuchó al Señor Gutiérrez reírse del llamado de ayuda de la señora Malfoy, y luedo dijo que iba a tomarse su tiempo porque lo merecía.

Así que Harry molesto comenzó a decirle que eso era poco profesional de su parte, que nadie merecía nada malo, que era su deber dar el ejemplo de ser mejor persona, que ¿cómo dormía tan tranquilo sin sentir remordimiento? Que debía irse a la mierda por ser una persona vengativa y muchas cosas más, acompañadas de un puñetazo al estilo muggle que le rompió la nariz.

Luego de eso el señor Gutiérrez le gritó que estaba despedido, y que se olvidará de volver a pensar siquiera a ser parte de los aurores, a lo que Harry simplemente le mostró su dedo medio.

—Así que estas desempleado— Afirmo Draco, mientras Harry asentía.

Ambos estaban sentados en el mismo sillón mirando al frente.

—¿Por qué?— Preguntó el rubio.

—Ya te dije, porque contradecir a tu jefe no es recomendable, y...

—No Potter ¿Por qué arriesgaste tu trabajo por mí? ¿Por qué haces todo esto? — Draco miró a Harry a los ojos, el ojiverde se sonrojo y esquivo su mirada.

—Porque... todos merecemos segundas oportunidades, todos somos capaces de mejorar como personas, aprendemos de nuestros errores. Yo estoy aprendiendo de mis errores, y tú también, no mereces nada de lo que pasaste.— Miró a Draco, a sus ojos grises, los cuales ocultaban invisibles lágrimas— A demás, tengo vacaciones indefinidas, y un amigo.

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5 días después.

—Hagamos un trato Potter, cuando me saquen este pedazo de pared del brazo, ambos vamos a buscar trabajo, yo iré al mundo muggle y tú, pues, a donde tú quieras.

— Se dice yeso Malfoy. Bien, me gusta esa idea. Así que en teoría tenemos un mes y medio de vacaciones, me gusta.— Respondio Harry sonriendole, miró la hora y de un salto comenzó a ordenar todo.

—Oye ¿Qué haces?

—¡Manzanitas! Tanto tiempo

De un momento para otro en la chimenea hubo una explosión, y de está salían dos chicos y una joven. Pansy, quien ya abrazaba a Draco, Blaise, quien miraba todo desconfiado, y Theodore quien sonrió y fue a saludar a Harry primero.

Draco estaba feliz de que sus mejores amigos fueran  a visitarlo, y por la conversación que tenían con Harry definitivamente había sido idea del  peli negro esa visita.

—Bueno chicos, los dejo, yo  voy a estar por ahí— Murmuró Harry despidiéndose y llendo hacia el patio trasero sonriente.

En éste tenía dos columpios y se sentó en uno, miró todo el jardín y comenzó a pensar seriamente en plantar flores.

Como estaba demasiado ocupado imaginando la forma que tendría su jardín no notó que alguien se sentaba a su lado.

—Potter— Murmuró Blaise a su lado mientras lo miraba serio.

—Zabini ¿Precisas algo?— Preguntó amablemente Harry saliendo de la ensoñación de su jardín perfecto. Blaise levantó una ceja al oír la pregunta, y Harry se preguntó si todos sabían hacer eso menos él.

—No, Potter — Blaise bufo y lo miro menos serio— Mira, sin rodeos, no sabía que estabas tramando al ayudar a Draco. Luego vi el artículo del profeta, y ahora que los veo aquí, viviendo en la misma casa y sorprendentemente vivos, creo saber que es lo que pasa.