||17||

6.5K 788 240
                                    

Marzo había llegado y los chicos no le habían dicho nada a nadie, sobre, lo que sea que tenían.

Aunque todos sospechaban que algo había pasado entre ellos, se comportaban de manera extraña.

A parte en invierno no había mosquitos, excusa barata inventada por los muggles.

Pero, en fin, ellos así eran felices, entonces genial.

Ahora estaban llendo hacia el salón de tatuajes mágicos, ya que el rubio había juntado coraje para dejarse pinchar.

—¡Harry! Tanto tiempo— Cuando entraron Dean Thomas se acercó a saludar al pelinegro. —Malfoy, un gusto. Díganme ¿Quién se va a tatuar?

Draco le contó que quería taparse la marca, y le mostró el boceto que había hecho Harry, Dean asintió y lo llevó hacia el sillón.

Draco se sentó y dejó su brazo izquierdo donde le indicó el chico, en ningún momento miró, ni siquiera cuando comenzó a tatuar.

—Dime Harry ¿Dónde está la Snitch? No la veo en tu brazo— Comentó el chico pintando los narcisos amarillos.

Harry se ruborizo, y le mostró el cuello, donde estaba la snitch y a su lado había un chupón, bueno, una picadura de mosquito, dijo el pelinegro.

Draco sonreía sin comentar nada, y Dean trataba de no reír.

Una hora después terminó el tatuaje, y Draco miró su brazo con miedo de lo que podría ver, pero en realidad allí no había rastro de la marca.

El ramo de Narcisos la cubría por completo, y era muy hermoso, a su alrededor todas las constelaciones brillaban, por un hechizo que le enseñó Dean, se sintió tan feliz que abrazó al muchacho agradeciendole, y luego abrazó a Harry mostrándole su tatuaje sonriente.

Luego de que Dean le indicará sus cuidados, estaban por irse.

—¡Adiós Harry, nos vemos mosquito!— Gritó el chico cuando ambos chicos iban caminando, quienes al escucharlo giraron y le mostraron el dedo medio entre risas.

Fueron caminando a su casa, no tenían ganas de aparecerse. Draco iba mirando cada detalle de su tatuaje que cuando vio el gato en la puerta no observó mucho sus detalles.

—Mira Harry, un gatito — Murmuró el rubio sonriendo mientras se acercaba para acariciarlo, pero antes de poder hacerlo el gato se transformó en Minerva McGonnagal.

—Ni se le ocurra joven Malfoy.

—¡AHH MCGONNAGAL ME VA A MATAR DE UN SUSTO!—Gritó el rubio tratando de recuperar el aire mientras retrocedíay se agarraba el pecho, Minerva lo miró seriamente y Harry reía por su reacción —¡Harry! No te rías, pudiste avisar mínimo.

—Buenas tardes McGonnagal— Saludó Harry e invitó a la mujer pasar. Luego de preparar té, los tres se sentaron a charlar.

—Vine a alertarles que Gutiérrez declaró abiertamente que está buscándolo joven Potter. Los aurores están tras él pero es escurridizo— Comentó Minerva preocupada.

Harry dejó su taza en la mesa mientras suspiraba, Draco lo miraba triste.

—¿Dijo por qué?— Preguntó el pelinegro.

—Venganza por desobedecer sus órdenes y hacer que lo despidan, también confesó que él fue quien mandó gente a atacar la Mansión Malfoy, las dos veces.— Minerva también suspiró— Por favor cuídense, los aurores están trabajando, pero nunca se sabe.

Ambos asintieron, Draco tomó la mano de Harry y la apretó. Minerva lo vio y sonrió.

—Y pensar que la mayoría de veces estaban castigados por pelearse— Comentó sonriendo, luego se despidió y se fue de allí.

—Prometeme que vas a estar alerta siempre— Dijo Harry abrazando a Draco.

—Tú también debes prometerlo cariño.

||○||

Hacía un par de semanas de la visita de McGonnagal y ya todo el mundo mágico sabía que Gutiérrez estaba tras Harry Potter, El Salvador del mundo Mágico.

Eso tenía sus pros y contras, por un lado era que la gente de habia dado cuenta de que al hombre le faltaban algunos tornillos, y avergonzados por creer en él, pidieron disculpas públicas a Draco y su madre, y ahora la paz reinaba definitivamente entre todos, sin importar su pasado.

Y por otro lado, Harry no era parte de esa paz, ya que había otro demente suelto que quería matarlo.

Y le preocupaba la seguridad de sus amigos, por más que ellos le asegurarán que se iban a cuidar.

Esa tarde habían quedado para ir a la cafetería Muggle que tanto les gustaba, Harry y Draco entraron tomados de la mano riendo por Merlín sabe qué.

Cuando llegaron con sus amigos, saludaron lo más normal, y se sentaron a leer que iban a tomar. Sin soltarse las manos todavía.

—Oye Harry, creo que ya sé cuál es el mosquito que solamente te pica a vos— Murmuró Theo mirándolo divertido a su amigo.

Ambos chicos levantaron la vista y dejaron de reír cuando vieron que sus amigos miraban sus manos juntas y luego a ellos.

—¿Cuándo pensaban decirnos?— Preguntó Hermione sonriendo.

—Como excusa voy a decir, que no tengo excusas — Dijo Draco encogiéndose de hombro, mientras tomaba los hombros de Harry y le daba un beso casto.

Todos rieron y comenzaron a decir que se habían dado cuenta, Pansy, Hermione y Theo habían apostado, el ganador fue el chico, Ron le palmeaba el hombro a Draco, pero Blaise...

Blaise miraba seriamente a Harry, cuándo él lo miró, Blaise le señaló el cuello de Draco, donde debajo de la bufanda, había una marca apenas perceptible violeta.

Y Harry sintió el verdadero terror, ya que Blaise era muy, MUY protector con Malfoy.

— Potter, voy a ser considerado y te voy a dar una ventaja de diez segundos, uno...dos...tres...— Comenzó a contar el chico, mientras Harry se paraba riéndose, besaba a Draco y salía corriendo hacia un parque cercano— ¡Solo por eso Potter te dejo sin ventaja!

Harry corría siendo perseguido por Blaise, quien era perseguido por Draco y los demás.

Pasaron gran parte de la tarde correteandose y riéndose.

Nadie se dio cuenta de que estaban siendo observados.

||   ○   ||

Holis!!

No iba a agregar drama a esta historia, pero, wenno, da justito ahr.

El derrumbe de la mansión Malfoy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora