Capítulo 13

1.9K 134 24
                                    

Te despiertas con los brazos de Andrés rodeándote como una manta.

Levantas tu mano con cuidado de no moverlo mucho y miras la hora en tu reloj, sabiendo que ya deberías estar volviendo a tu casa, pero sin querer moverte y despertar a tu profesor.

Observas sus facciones, y no puedes evitar pensar en los acontecimientos de anoche.

Andrés te pidió que te quedaras.

No era seguro salir después de haberte vaciado media botella de vino, y él necesitaba a alguien.
Así que te prestó unos shorts deportivos y una remera, y ambos se acostaron.

No hubo sexo, pero si hubo un beso.

Cuando ya estaban a punto de dormirse, cada uno en su lado de la cama, le tomaste la mano con la tuya.
No era mucho pero era lo que necesitabas.
Para sentir que estabas ahí,
Para sentir que estabas con él,
Para sentir que tal vez estaban perdidos, pero por lo menos estaban perdidos juntos.

Y entónces él giró su cabeza hacia tu dirección, y sin decir nada, te besó.

No fue uno de sus besos carnales y pasionales; se sintió como un beso de alguien que te quiere.


Estos últimos meses habían sido una locura. Haber llegado a conocer a Andrés de la forma que lo has hecho es algo que nunca te hubieras imaginado.
Claro que desde el primer día que lo viste entrar por la puerta de tu salón, tu mente había imaginado escenarios prohibidos con él, pero nada te podría haber preparado para aquella tarde en la que te propuso esta aventura de la que ahora sos parte.

Abres tus ojos para ver al hombre a tu lado, sabiendo ahora lo que te contó anoche. De alguna forma, en esos segundos que lo observas, ojos cerrados y boca entreabierta que suspira unos ronquidos, sientes que estás donde deberías estar. Y por alguna razón, presientes que él piensa lo mismo.


El deseo siempre ha sido la parte principal de su relación, pero algo ha cambiado. Finalmente puedes ver a Andrés como algo más que el hombre que sabe donde y como tocarte; es alguien que siente y sufre, alguien al que le importas, alguien a quien quieres.

Mueves sus brazos lentamente, intentando quitarlos de arriba tuyo.
Te detienes cuando le ves los ojos café entreabiertos mirándote.

Esa mirada penetrante siempre logra causar algo dentro de ti.

"¿Ya despierta?" su voz ronca susurra, mientras su mano viaja hacia tu cabello.

"Perdona, no quería despertarte.", respondes, a lo que él acaricia tu pelo. "Pasa que ya me deben estar esperando en casa y-"

"No pensabas irte sin siquiera despedirte, ¿verdad?" Acerca su rostro al tuyo, las puntas de sus labios rozándose, pero no lo suficiente como para besarse.

Te ve dudar; después de todo, prometieron no hacer esto nunca más.

"Si no quieres, todavía puedes detenerme." Susurra contra tus labios, y la decisión ya está hecha.

Dios, si esto está mal, que me parta un rayo.

Rompes la distancia entre sus labios, llevando tu mano hacia su pecho desnudo.

La falta que les ha hecho estos momentos hace que ahora apenas puedas controlarte, y terminas sobre él, tus piernas rodeándole la cintura.

Andrés parece sorprendido ante este movimiento, pero puedes ver esa sonrisa pícara formarse en su rostro, y rápidamente te sigue, tomándote del cuello. Las venas de sus brazos se tensan, y se te escapa un suspiro desde lo más profundo de ti.

Nada Personal /+18/ BerlínWhere stories live. Discover now