Capítulo 10

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Sergio de inmediato se acerca a su hermano, tomándolo del brazo y sentándolo en uno de los bancos.

"Andrés, ¿dónde está el retoxil?"

Tu cuerpo se mantiene quieto frente a ellos dos, tus ojos observando los de Andrés, quien mantiene el contacto visual, lléndose de sí mismo.

Parece perdido, tomado por sorpresa por la situación, y sin responder a las preguntas de Sergio, hasta que algo lo hace volver a su entorno. Se gira hacia su hermano mientras que con una mano intenta controlar la otra, la cual no para de temblar salvajemente.

"En mi bolso. Lo dejé en el salón 20."

"¿Puedes ir a buscarlo?" Esta vez las palabras provienen de Sergio, quien te mira esperando una respuesta.

A tu cerebro le toma unos segundo captar la pregunta.

"Si, ya vuelvo."

Sales rápidamente del aula, y empiezas a caminar por los pasillos.
Por los ventanales se puede ver la luna llena en el cielo, hermosa y amenazante.

Se te paran los pelos de los brazos pensando en Andrés, en lo que acaba de pasar.

Ya se fue el shock inicial, y te encuentras totalmente confundida.
¿Qué le está pasando? ¿Acaso le está dando un ataque o algo?
¿Tendrá Parkinsons? ¿Eso es en lo que se te mueve el cuerpo, no?

Aceleras tu paso al acercarte finalmente al salón 20, tu salón.
El salón en donde hace una hora terminaron contigo, pero ahora eso no importa.

Ahora el que importa es Andrés, quien está convulsionado, o quien sabe que le está pasando, y depende de ti para que le lleves el bolso que se encuentra sobre la mesa.

Lo tomas sin perder el tiempo, y regresas rápidamente con ellos.
Al entrar, los encuentras en medio de una conversación, aunque el que parece haber tomado el control de la misma es el profesor Marquina.

"¿Cómo se te puede olvidar? Hace meses que llevas constancia." El profesor Marquina alza la voz. "No eres así."

"Sólo pasó. Relajate." Hay un silencio en el que Andrés parece estar pensando, hasta que nota tu presencia en el aula, "gracias preciosa, no sé que haría sin ti".

Te guiña un ojo, y no puedes evitar sonreir al verlo; por unos segundos la situación actual se te escapa, y te sientes como cualquier otra noche con Andrés, esas que ya se acabaron.

Pero tus ojos bajan a sus manos temblorosas.

Se te borra la sonrisa.

Se nota que intenta esconderlo, evitarlo. Cada parte de él está haciendo su mejor esfuerzo por verse fuerte.

Sergio toma el bolso de tus manos, sacando de él lo que parece ser un kit médico.

"¿Estás bien?"

Wow, que buena pregunta.

"Jodidamente bien."

Te vuelves nuevamente a Sergio, quien se encuentra con una jeringa con un líquido de tinte amarillento en sus manos.

"Espero que no te asusten las agujas." Ríe Andrés entre dientes, extendiendo su mano temblorosa hacia su hermano.

Seegio se acerca a él, tomando su mano entre las suyas y buscando su mirada.

"Cuando estés listo, hermano." Suspira Andrés.

La aguja se inserta lentamente en la piel de Andrés, entre sus nudillos, llendo cada vez más profundo. Él suspira, tirando su cabeza hacia atrás contra el respaldo de la silla y cerrando los ojos.

Con cada segundo que pasa de la inyeccion, el pulso de Andrés parece calmarse, y de a poco, sus manos dejan de temblar.

A lo que el ambiente se calma, millones de preguntas dan vueltas en tu cabeza, principalmente '¡¿que mierda acaba de pasar?!'.
Pero al observarlos, se nota que ambos hermanos se encuentran extremadamente cansados como para darte alguna explicación..

Quizás sea mejor dejar las preguntas para otro día.

"Me tengo que ir."

Te giras hacia la puerta, dejando a Andrés y Sergio atrás, ninguno diciendo ni una palabra.

Los pasillos se encuentran aún más desolados que de costumbre, pero tu mente está en otro lugar; principalmente en lo que sea que acaba de ocurrir.

"Espera,"

"Andrés, perdón, yo me tengo que ir."

Ni te das vuelta para responderle, continuas caminando apresurada.

"Y lo entiendo, este día ha sido muy complicado, han pasado muchas cosas juntas." Sus pasos retumban cada vez más cerca.

"Ni que lo digas."

"Sé que tienes muchas preguntas, y yo estoy dispuesto a responderlas, siento que te mereces eso, por todo lo que te hice pasar hoy."

Te detienes y te das vuelta a enfrentarlo. Su semblante se ve casi triste.

"Ven el domingo a la noche a casa. Prometo explicarlo todo."

"¿Y qué hay del profesor Marquina? Creo que él dejó muy en claro que no nos quiere cerca uno del otro."

"Sergio no tiene porqué enterarse."

"No lo sé-"

"Prometo portarme bien."

"Como si tu pudieras hacer eso," te ríes para ti misma, y hasta jurarías que él hace lo mismo.

Andrés abre la boca, listo para responderte, cuando sienten los pasos de Sergio, y ambos se callan rápidamente.

"Ya dejé todo en su lugar. Vamos que te llevo a tu casa." Le dice a Andrés, quien sonríe por una última vez antes de desearte buenas noches e irse con su hermano.

¿Y ahora qué hago?

Nada Personal /+18/ BerlínWhere stories live. Discover now