Capítulo 3

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Mueves la lengua en círculos centrándote en la punta, el dulce sabor del jugo atacando tus papilas gustativas mientras lo tragas y un pequeño gemido se escapa de tu boca.
Se siente bulboso entre tus labios, la punta pegajosa dandose contra tu paladar cada vez más fuerte antes de darle una últimas lamida y dejarlo libre, un pequeño "pop" resonando al separarse de tus labios.

Tu profesor de literatura se nota movido por toda la escena ocurriendo frente a sus ojos, los cuales se agrandan cada vez que lo metes más y más adentro de tu boca.

"¿Pasa algo, profe? ¿No le gustan los chupa-chups?" Preguntas inocentemente mientras te temes el caramelo de vuelta en la boca sin cortar el contacto visual. Por primera vez puedes ver a Andrés de Fonollosa, profesor de literatura, Casanova insaciable, y guapeton de tus fantasías más sucias, visiblemente desconcertado.

Se muerde el labio lentamente y sus ojos te lo dicen todo,

"Si sigues con estos juegos lo vas a lamentar"

"Al contrario, me fascinan, pero de seguro no tanto como a ti" evita agregar un 'preciosa' al final de su frase ya que están en un corridor, donde cualquiera podría escuchar esa conversación tomando curso entre un profesor en sus cuarentas y su estudiante de 17 años, pero sabes que lo quiere hacer.

"De cualquier forma, te recomendaría tener cuidado. No querrás atragantarte" sonríe maliciosamente recostándose contra la pared opuesta a la banca en la que estás sentada. Tiene una mirada amigable y natural, pero sabes que es sólo una fachada puesta para quien se entrometa en su conversación.

Hoy has venido preparada para enfrentarte a tu profesor de literatura; llevando puesto el uniforme de gimnasia consistente de una remera sin mangas y unos shorts que se aprietan bien contra tu trasero, aunque hoy no tienes esa clase.

Se podría decir que esto es tu venganza contra él por dejarte totalmente caliente el día anterior en la sala de estudio.
¿Es su culpa? No realmente, Andrés no es culpable de que los interrumpieran en medio de una escena que podria haber terminado siendo muy comprometedora; pero la forma en que te abandonó a tu suerte es cosa de cabrón.

Unas gotas de la golosina caen sobre tu piel descubierta, y el jugo empieza a bajar por tus pechos.

"Oops" mascullas mirando al profesor mientras te pasas el dedo lentamente por tu piel para finalmente chuparlo.

A la distancia vez a otros profesores acercarse y te dispones a comer tu golosina de una forma más 'inocente'.
El grupo se junta con Andrés y los ecuchas hablar sobre exámenes y demás.

Andrés parece metido en la conversación, pero cada pocos segundos te manda una de sus miradas, como diciendo "no me he olvidado de ti. Y lo pagarás."

Eso es exactamente lo que quiero, mi querido profesor.

Esperas un minuto y te levantas tranquilamente de tu asiento, asegurandote de que te pueda ver mientras te alejas por el pasillo moviendo las caderas.
Finalmente llegas a una esquina, te das vuelta un segundo para guiñarle el ojo, y sigues tu camino.

Tus zapatos resuenan por el pasillo mientras pasas por al lado de todos los salones de clase, abriendo la última puerta a tu izquierda: el auditorio.

Técnicamente está en remodelación, por lo que nadie los va a interrumpir. No esta vez.

Las paredes color caramelo contrastan con el carmín de los asientos. Siempre te ha gustado este lugar, de hecho pasas tanto tiempo en él, que uno de los conserjes le dio lástima cuando vio que no podrías entrar durante la remodelación y te dio su llave para que puedas ir y venir cuando quieras.

Nada Personal /+18/ BerlínDonde viven las historias. Descúbrelo ahora