Capítulo 7

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Tú sabes bien que no puedo

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Tú sabes bien que no puedo

 
«Descansa, mi bella Alexa»

  Mis ojos se abren abruptamente y en seguida maldigo, una lámpara led se ubica justo encima de mi cabeza. 

 Cuando logro poner los pies en la tierra, mi expresión cambian a una aterrorizada y no pude evitar que mis labios pronunciaran la siguiente interrogante.

—¿Morí?

—Oh, señorita Miller, ya despertó— Una señora vestida de blanco se acerca a mí, y no, no estoy en el cielo, más bien en la enfermería del Instituto.

—¿Qué me pasó? —Me refriego el rostro cuando siento una punzada en la cabeza— ¡Auch!

—Se desmayó en el patio. ¿Qué hacía cerca del bosque?— La miro de nuevo, volviendo a caer en cuenta de que alguien  me durmió a propósito.—¿Señorita está usted bien? Se ha puesto pálida.

—Eh....sí— Intento ponerme de pie y siento otra punzada.

—¿Qué hacía en el bosque?—Al ver qué no respondí, la mujer insiste.

—Yo...estaba caminando— Miento.

—No lo vuelva a hacer— Su expresión se contrae en un gesto serio— Es muy peligroso, ¿acaso usted no ve televisión? El bosque se presta para muchas cosas.

—No volverá a suceder—Prometo.

—Al parecer no se ha alimentado bien últimamente.

—Sí, es eso— Le resto importancia, no es como que le voy a decir:

 De hecho, un psicópata que lleva acosándome más de una semana, me durmió no sé con qué objetivo, ¿sabe?

Gracias, pero mejor dejémoslo en mi mala alimentación.

—Bien, le diré a su amiga que ya despertó.

¿Ann? 

Oh no.

—Claro, claro...

—¿Estás bien?— Ann entra como una desquiciada, le doy una sonrisa para tranquilizarla.

—Sí, tranquila— Suspira de alivio.

—Iré al baño, si me disculpan— La doctora Margaret sale, dejándonos a Ann y a mí solas.

—Ya le avisé a tu madre y viene para acá. ¿Qué te...

—Que no venga— La interrumpo— Ya la llamo para decirle que todo está bien.

Agarro el celular y, luego de adaptarme a los iconos y letras— Tengo mareo— Le marco a mi madre.

 Contesta al segundo tono.

—¿Mi amor?

 Le aseguro que estoy bien y la convenzo de que no había comido mucho y por eso me desmayé. Finalmente, me despido cuando la logro dejar más tranquila y me dice que no va a venir.

ALEXANDRA PIMENOVAWhere stories live. Discover now