Capítulo 11

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Capítulo 11

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Capítulo 11

The city

Alexandra

El fin de semana llega y me toma en la misma posición, impotente. No es por ser dramática pero como bien dicen "no hay peor guerra que en la que no conoces a tu contrincante" y ese es el problema, que no sé a que atenerme.

No conozco un carajo de defensa personal y aún veo pelis de terror con la luz encendida, no sería rival alguno para quién sea que me ande persiguiendo y me preocupa que aún así no me haya liquidado, con lo tonta que ando le he dado oportunidades de sobra.

— No has dormido una mierda, ¿cierto?— La voz de Ann me saca de trance, ni siquiera noté que despertó.

— Anjá— Me paso la mano por la cara y siento que la cama se hunde cuando se sienta. Durmió con la cabeza a mis pies y es por eso que quedamos frente a frente. 

— Esto es un juego, ¿sabes?— Se mira los pies mientras arrugo mi ceño.

— ¿Un juego?

— Un juego para él. Por algún motivo, vamos a suponer que sólo le gustas y es un psicópata que se obsesionó contigo. Sólo quiere jugar con tu mente, volverte loca.

— ¿Qué clase de enfermo hace eso?— Esa es una de las teorías que se ven chulas cuando las pintas en una película, no en la vida real.

— Un psicópata, te lo dije.

— Ann, no puedo más— La vista se me nubla— Me siento perdida, no sé a dónde dirigirme, qué hacer, todo es tan...abrumante.

— Lo sé, Alexa. Créeme que odiaría estar en tu situación.

— ¿Qué puedo hacer?

Se queda un instante pensativa hasta que vuelve a mirarme con cara de Pepe Grillo.

— ¿Y si te vas a casa de tus tías?

— No suena mala idea, es sólo que no las veo hace años y son un poco escandalosas— Hago una mueca.

— Pues hazte idea de que esas tías "escandalosas" te van a salvar el trasero.

— No había pensado en ello, es que viven en el centro de la ciudad, queda muy lejos y no estamos en momentos de gastar dinero para pagar el viaje.

— Aaron te puede dar un aventón— Se encoge de hombros y asiento dándole vueltas al asunto.

— Vale... Aún debo consultarlo con mamá, pero, ¿sabes qué? ¡Me voy a visitar a mi familia! Unos días, al menos hasta que las aguas se calmen.

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¿Huir es de cobardes?

Quizá, en algunos casos, pero en una chiquilla que quiere vivir y anda asustada de no saber si llegue a adulta, si logre cumplir sus metas y salir del lugar donde vive, para esa chiquilla huir es la salida más rápida de toda la contienda.

ALEXANDRA PIMENOVAWhere stories live. Discover now