*Le yo de vuelta. Esta historia la tenía comenzada hace mucho, hasta que la terminé. Nada más no puedo escribir algo corto. Se viene otra historia larguita Garenzo y de Martin y Julián. Por cierto, no sé nada de economía o política jah, Me metí un buen a la historia que hasta hice dibujos pedorros referente a los países ficticios.
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Hasta hice un plano para no perderme mientras escribía jaja
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Bueno, espero les guste.
¿Había otra manera caótica de comenzar su día? Ulises contestaría que no, sino fuese parte de la realeza. La chica, de la cual Ulises no recordaba el nombre, le dio una bofetada que le hizo recordar a sus antepasados.
—¿Cómo te atreves a engañarme así? ¡Vas a casarte! Y con un hombre— la mujer le reclamó, como si fuesen novios, y no una noche pasional sin compromiso.
Ulises apenas iba saliendo del baño, ya vestido, a punto de realizar su escapada antes de que la susodicha se despertara, lo normal luego de una noche de fiesta. Pero al salir, ella le dejó la mejilla roja.
—¿Casarme?, Tía, ¿De qué hablas? Joder, pero que duro pegas.
La mujer le mostró la pantalla del móvil. El título de la noticia (sensacionalista, Ulises pensó) decía: Por fin sienta cabeza el príncipe, un matrimonio salido de la nada. Oh, eso no era sensacionalista. Se iba a casar y ni puta idea tenía. Debía de ser un error de impresión, pero luego recordó que no era un periódico. Debía de ser una broma, porque él no iba a casarse. Y menos con un hombre al que Ulises desconocía.
