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— Hyung podemos... —Jungkook se dirige hacia Taehyung.

— Lo siento Kookie, pero voy a salir con Hobi será otro día. —lo interrumpe apresuradamente.

El castaño se mantenía emocionado buscado entre su armario un atuendo apropiado para la salida que tenía planeada con el pelirrojo. No tenía cabeza para otra cosa ni siquiera para el menor del cual quería olvidarse.

— Ah, está bien hyung. —balbucea desilusionado intentando disimular su tristeza.

Jungkook contemplaba como el castaño cambiaba su camisa por un suerte negro, en medio del proceso pudo vislumbrar un poco del abdomen del mayor, el cual no era muy marcado pero aún así no perdía su atractivo. Era como si lo hubieran hechizado, guardando en su mente la imagen de aquella perfecta piel que le causaba un extraño cosquilleo en todo su ser.

Aquel hechizo se desvaneció cuando Taehyung termino de colocarse la prenda comenzado a revolver entre sus cosas.

— Bueno, Adiós Kookie. Dile a Jin hyung que no nos espere para la cena. —elucida el castaño encaminandosé a la puerta de su habitación.

El pelinegro siguiendo los pasos del mayor, se direcciona hacia la sala observando como el castaño se reunía con el pelirrojo que esperaba desde hace rato sentado en el sillón.

— ¡Adiós Jungkookie! —se despide HoSeok una vez que estuvieron listos.

— Adiós hyungs...

Jungkook sintiendo nuevamente como esa opresión se apoderaba de su pecho, con los ánimos por el suelo se marcha a su habitación.

•••

— ¿Para dónde nos dirigimos Taetae? —interroga HoSeok al llevar un rato caminando y no saber en donde estaban.

— Es una sorpresa hyung... —contesta el chico sin querer revelar su destino.

— No se porqué, pero algo me dice que esto no me gustará para nada. —espeta el pelirrojo al sentir un escalofrío envolver su cuerpo al no obtener una respuesta clara.

— No sea exagerado. —Con eso se fundieron en un agradable silencio el resto del camino.

Cuando por fin se encontraron frente a su destino a Taehyung se le formó una gran sonrisa en su rostro mientras que a Hoseok se le esfumó el color de la cara.

— Oh, no, no, no. —reniega asustado.

— ¿Qué? —estaba desconcertado con la actitud que había tomado el mayor.

— Yo no voy a entrar a ese lugar del demonio. —declara regresando por donde habían venido.

— ¡Hyung! ¡No sea así! Es solo un parque de diversiones. —exclama divertido yendo detrás del pelirrojo.

— Querrás decir "parque del terror"

—  Entremos, ¿Si? —suplica.

— Okay ¡Pero solo un rato! —acepta no del todo convencido.

— ¡Si!

— ¡Y no nos subiremos a juegos extremos! —dicta antes de que a Taehyung se le ocurriera una de sus brillantes ideas.

— Ajá...

20 minutos después...

— Recuérdame el porqué sigo siendo tu amigo. —dramatiza HoSeok sentado en una banca sintiendo como el mundo le daba vueltas después de haberse subido en un juego mecánico.

— Porque me quiere. —dice actuando tierno.

— Estoy empezando a pensar que esa razón no es suficiente. —confiesa pálido.

— Hyung, Me lastima. —finge como si aquel comentario le hubiera afectado.— ¡Oh mire!

— ¿Qué?

Busca por todos lados el lugar que indicaba el castaño, pero había tantas atracciones alrededor que se le hacía imposible saber con exactitud a que juego estaba señalando.

— Mire a aquel juego de allí ¡Subamonos! —señala con entusiasmo.

— ¡Estás loco! ¡Yo no me subiré allí! —se niega al ver la montaña rusa.

— Por favor...

— No.

— Por favorcito. —hace uno de sus famosos pucheros.

— No Taehyung, ya vámonos a casa. —ordena intentando no mirar al castaño porque sabía que si lo veía lo convencería.

— Este y ya ¿Si? —ruega.

— Contigo no se puede. —se rinde ante la insistencia del menor.

— ¡Oh sí! —grita emocionado.

— Si muero allá arriba, dile a Jin que fui yo el que rompió la lámpara y no Namjoon. —se hace el sufrido.— Que le quite ese cruel castigo al pobre de mi amigo.

— Así que fue usted... —murmura sorprendido con aquella confesión.

Sin querer la mente de Taehyung entró en un trance; dónde se puso a  recordar como el castaño se había enfurecido cuando entro en la casa y encontró su lámpara favorita echa pedazos y sin preguntar culpo al moreno, ya que como era costumbre él siempre era el causante de las cosas rotas que habían en la casa, pero sorprendentemente ese día no había roto nada. A pesar de las cuántas veces que lo había negado no le creyeron y terminó siendo castigado sin comer los postres de su hyung por un largo mes.

— ¡Shhh! Váyamos. —ahora era el pelirrojo quién arrastraba al castaño hacia el juego. — Y no le cuentes a nadie que fuí el culpable.

— Okay, lo prometo. —asegura feliz de que su hyung hubiera aceptado acompañarlo a pesar de que lo hiciera para mantenerlo callado.

Antes de todo ofrecemos una disculpa por los posibles errores ortográficos, sin más esperamos que te haya gustado esta historia

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Antes de todo ofrecemos una disculpa por los posibles errores ortográficos, sin más esperamos que te haya gustado esta historia.

🎭Se despide SinisterGirls

No te dejes consumir por el miedo, vive, sé libre y disfruta de lo hermoso que puede llegar a ser el amor.

— Steph and Oliv.

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