¿Pensaron que se iban a deshacer tan fácil de nosotras? ¡Pues no, aquí estamos!
***
— Kookie ¿Puedes darme un besito? —articula el mayor haciendo pucheros caminando hasta donde estaba sentado el pelinegro.
— Sabes que sí. —responde embobado haciendo un espacio para que el castaño tomara asiento a su lado.
Una vez ya juntos Jungkook comienza a besar las mejillas de mayor poco a poco dirigiéndose a las comisuras de sus labios. Taehyung gemía en protesta por aquel castigo, pero cuando el menor estaba por dejar de torturarlo con aquellos pequeños picos para fundirse en un apropiado beso la voz de alguien lo distrae.
— Saben que con que haya aprobado su relación no significa que deban de estar dándose amor delante de mis narices. —reclama SeokJin mirando a la pareja con una mueca de asco.
Después de tantas peleas SeokJin había aceptado la relación entre Taehyung y Jungkook pero eso no significaba que dejaría de tratar al pelinegro como un bebé eso jamás sucedería.
— Hyung, sabe que no necesito su permiso para esto. —le recuerda Jungkook con humor.
— ¿Cómo? —dice ofendido.— ¡Niñato mal agradecido! ¡Yo te crié!
— Sabes que Tae...
— ¿Qué? —responde divertido con la situación. Estaba disfrutando por primera vez en la vida no ser él el que estuviera recibiendo los reproches del mayor.
— Está es nuestra señal para correr. —declara jalando al castaño para irse de la sala.
•••
— ¡Mocosos! No valoran lo que uno hace por ellos. —refunfuña caminando por el pasillo donde estaban las habitaciones.
— Jin hyung.
— ¿Si Yoongi? —había dejado de lado su mal humor cuando entreabrio la puerta de la habitación del pálido, puesto que este no tenía la culpa de su enojo.
— ¡Cállese que estoy durmiendo! —manifiesta el peli-menta irritado tapándose con las sábanas de pies a cabeza al sentir como la luz se colaba en su habitación.
— ¡De paso ya no respetan a los mayores! —refunfuña indignado cerrando la puerta de un golpe.
— ¡Shhh!
— En esta casa nadie me entiende.
•••
— ¿Crees que ya es seguro volver? —pregunta Taehyung con la respiración agitada después de haber corrido unas cuantas cuadras.
— No lo sé, mejor nos quedamos aquí un rato para asegurarnos. —dice señalando hacia un árbol que brindaba una gran sombra que estaba a unos cuantos pasos.
Los chicos caminaron en silencio hacia donde había indicado el menor, suspiraron de alivio al sentarse sobre el césped descansado por fin sus adoloridas piernas de aquel imprevisto maratón.
— Esto es tan tranquilo. —musita el castaño observando la serenidad de aquel parque.
— Sí, es muy pacífico. —concuerda apoyando su cabeza sobre el hombro de su hyung.
Después de esa pequeña interacción, ninguno de los dos hablo. Se quedaron en un profundo silencio disfrutando de la paz que inspiraba el lugar, no tenían que preocuparse por nada ni nadie, era tan liberador. Deseaban que todos sus días pudieran ser así, en un lugar donde solo existieran ellos dos, sin obligaciones, sin hyungs entrometidos, solo ellos.
— Hyung...
— ¿Si Kookie? —responde Taehyung dirigiendo su vista hacia el chico.
— Lo amo.
— Yo también te amo. —dice antes de besar su mejilla para después atraer el cuerpo del menor en un dulce pero firme abrazo.
Colorín colorado esta historia ha acabado.
¡Aleluya!
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Pos ahora sí... ¡Nos vamos!
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