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Habían transcurrido varios días desde que Jungkook había tenido aquel colapso. Ya no sonreía ni salía de su habitación a menos que fuera a comer, del resto se la pasaba todo el día encerrado en su nube de dolor y para su mala suerte todos en aquella casa habían notado ese cambio.

Era una gris mañana, todos los chicos desayunaban juntos como lo hacían de costumbre. Aunque todo pareciera  normal no lo era, el ambiente estaba tenso, incluso podría decirse que melancólico; las miradas iban desde el pelinegro al castaño todos preguntándose cuál fue el motivo que los llevó a dónde estaban.

SeokJin observaba con tristeza y preocupación al menor, pues al parecer había sucedido lo que más había temido, le habían roto el corazón a su pequeño niño, aunque no estaba del todo seguro tenía el presentimiento de que así era.

Por otro lado, se encontraba Taehyung, quién sentía como esa mañana tenía más atención de lo habitual. Ironías de la vida, cuando quieres ser el centro de atención todo el mundo te ignora pero cuando quieres pasar desapercibido todos tienen los ojos puesto en ti, para su consuelo no era el único, ya que a Jungkook tampoco le habían quitado la mirada de encima.

Curioso por saber el porqué, puesto que esa mañana no había hecho nada para tener los reflectores sobre él, se dispone a averigüar la razón por la cual el pelinegro también estaba en la mira. Detallandolo minuciosamente, se pudo dar cuenta que algo no estaba bien, pero no sabía el qué, así que empezo a recordar como este se estaba comportando extraño desde hace días; iniciando con el día que lo comenzó a tratar con frialdad sumándole que después dejó de hablarle. Dándole otra ojeada cayó en cuenta de lo que no estaba bien, eran sus ojos, sus ojos ya no poseían esa pequeña chispa que brillaba como un enorme farol que iluminaba todo aquel lugar en que entraba, estos estaban apagados siendo rodeados por una profunda tristeza.

Taehyung no entendía el porqué de ello, no importaba cuántas veces se dijera que ese no era su problema que tenía que mantenerse alejado del menor, pero había algo en él que le insistía en que debía descubrir cuál fue la causa de ello.

Una vez terminado el desayuno, Jungkook se levanta de la mesa directo a encerrarse en su habitación. Taehyung al ver eso, va detrás del chico; cuando esté estaba a punto de abrir la puerta lo toma de la muñeca aprisionadolo junto a la puerta.

— ¿Se puede saber qué haces? —interroga Jungkook con molestia.

El castaño se mantenía en silencio confirmando que lo que había visto era cierto. En definitiva, Jungkook si había perdido aquella chispa que lo hacía tan especial y no era lo único su sonrisa también se había ido.

— Averiguando el motivo por el cual estás así. —responde sin tibutear.

El pelinegro lo miraba incrédulo, pero rápidamente cambio su expresión por su máscara de hielo. No importaba como la preocupación por parte de su hyung hiciera estragos con su corazón, no importaba el sin fin de sensaciones que le causaba a su cuerpo, el corazón de su hyung ya tenía dueño.

— Nada de lo que me este sucediendo es de su incumbencia así que adiós. —dice zafandose del agarre del castaño entrando en su refugio.

No importaba si su corazón le gritará que diera media vuelta y abrazará al castaño confesandole lo mucho que lo amaba, ya era demasiado tarde, ya lo había perdido todo por culpa de su maldito miedo.

No importaba si su corazón le gritará que diera media vuelta y abrazará al castaño confesandole lo mucho que lo amaba, ya era demasiado tarde, ya lo había perdido todo por culpa de su maldito miedo

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Antes de todo ofrecemos una disculpa por los posibles errores ortográficos, sin más esperamos que te haya gustado esta historia.

🎭Se despide SinisterGirls

No te dejes consumir por el miedo, vive, sé libre y disfruta de lo hermoso que puede llegar a ser el amor.”

— Steph and Oliv.

LOVELYWhere stories live. Discover now