El de los ojos joya

Prólogo

Harry contempló las cenicientas ruinas del castillo en el que había pasado el momento más importante de su vida.

Se ha ido. Todo se fue.

La magia estaba muriendo. Los mágicos no existían.

¡Y todo fue por esos malditos muggles de Merlín

Gruñó de ira, la magia cambió como si sintiera sus emociones, pero cuando un grito llegó cerca de él, se calmó con fuerza.

No estaría bien dar su ubicación a esos asesinos. Era el último ser mágico que quedaba. Todo dependía de él.

Había llegado tarde. Minutos tarde para salvarlos, los últimos de su tipo, atrapados en Hogwarts cuando el edificio fue bombardeado, diezmado.

Aún podía ver los rostros de su familia, Ginny, Lily, James, Albus, Ron, Hermione, Rose, Hugo ... Todos desaparecieron en cuestión de segundos, incapaces de protegerse de la poderosa explosión.

Harry abrió los ojos, las joyas brillaban intensamente con determinación.

Sus muertes no serían en vano. El lo haría.

Restauraría el mundo mágico.

Pero primero, necesitaba volver al pasado. Necesitaba rehacer todo.

Dumbledore se había equivocado. Los muggles no los habían amado.

Dumbledore no era un santo. No era más que un titiritero. Todo lo que hizo fue por el "bien común".

Y eso fue lo que los trajo aquí.

Sonrió mientras dibujaba el círculo ritual a su alrededor, la sangre goteaba de su mano mientras la usaba como tinta.

Esta vez todo sería diferente.

Esta vez, los salvaría.

Todos ellos.

No se dio cuenta de que la sangre goteaba creando una runa extra, y mientras bombeaba su magia, el círculo brilló. Sus ojos se agrandaron ante la diferencia de lo que se describía en el pergamino del libro sobre rituales, y se dio la vuelta, sus ojos corrieron de una runa a otra, y vio la más.

Pero no había nada que pudiera hacer ahora.

Cerró los ojos cuando su alma fue arrancada de su cuerpo dolorosamente, y lo último que vio antes de desaparecer fue a hombres corriendo hacia él con ira.

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Harry abrió los ojos con un gemido, entrecerrando los ojos inmediatamente ante el brillo.

Le palpitaba la cabeza y se sentía como si estuviera bajo el agua, los sonidos venían de lejos.

"¡Es un niño!" oyó decir a un hombre, con una voz desconocida.

Sus ojos recién nacidos solo podían ver siluetas, pero aún podía ver ese verde con claridad.

Un tono de esmeralda tan profundo. Y las emociones que los atravesaron hicieron que se sintiera cálido por todas partes.

Había tanto amor en esos ojos.

Sintió que sus confusos pensamientos se aclaraban un poco mientras la mujer susurraba, las palabras claras para sus oídos.

"Hola, Harry. Soy tu mamá."

Lily Evans Potter. Lo había hecho. ¡Había vuelto!

Se durmió exhausto y el mundo se derrumbó bajo sus párpados.

Lo último que escuchó fue el grito de ...

"¡Es una chica!"

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