El de los ojos joya

Rose toma represalias

Después de reparar su relación con los cuatro adultos, muy levemente, pero progresando, sin embargo, la familia se volvió mucho más cálida para Harry.

Siempre estuvo incluido en las conversaciones, y Lily y James hicieron todo lo posible para tratarlo lo mejor que pudieron.

Contrario a sus creencias, eso no era lo que Harry quería. No quería ser mimado como Rose; solo quería crear recuerdos con ellos.

En su vida pasada, había estado solo. Tan solo que apenas podía sentir tal calor.

Incluso Ron y Hermione, sus dos mejores amigos, solo habían estado allí por su dinero. Había sido traicionado por muchos, y cualquiera en quien confiara, se encontró con su desaparición poco después.

Incluso Ginny, la dulce dulce Ginny lo había dormido con poción de amor tras poción de amor. La linda niña se había convertido en una mujer codiciosa, que solo se preocupaba por su apariencia y riqueza, y Harry lo había sabido y no había hecho nada.

Porque incluso si solo se preocupaban por su dinero, al menos eso significaba que un aspecto de él había sido agradable.

Siempre había tenido una baja autoestima, con todo el abuso y la negligencia que había sufrido.

Incluso entonces, había sido tímido y callado, se había dejado manipular, pero nunca jamás había sido estúpido.

Su mente era una de las más brillantes que había y, con el poder de la inteligencia, había hecho lo que mejor podía: pensar.

Siempre había sospechado que eran las estratagemas de Dumbledore para moldearlo, y tenía razón.

Aun así, no había tomado represalias: quería ver el final de un plan tan bien pensado.

En su última vida, había sido el héroe perfecto que el desdichado director había querido que fuera.

En su vida pasada, se había enterado de su estratagema incluso antes de que le informaran de su Casa Hogwarts.

En su vida pasada, había actuado toda su vida. Porque si alguno de ellos conociera el verdadero él, no lo dejarían vivir.

El Salvador del Mundo Mágico no podía ser un mago oscuro después de todo.

El Niño-Que-Vivió no podía ser un Slytherin después de todo.

El Elegido no podía ser un asesino después de todo.

Así que había enterrado su verdadero yo en lo más profundo de su interior, solo le importaba levantarlo un poco para romper su máscara unas cuantas veces.

Solo un puñado lo había visto, e incluso antes de que comenzara el ataque a los Mágicos, todos y cada uno de ellos ya estaban muertos.

En su vida pasada, había sido un asesino, un asesino.

Nadie había notado la desaparición de unos seres insignificantes.

Nadie había pensado siquiera que habían llegado a su fin.

Y nadie había pensado con certeza que era Harry Potter quien había hecho la hazaña.