Un Invierno Sin Fin ©

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⁓We dried our tears and we said goodbay

another angel gone before her time

but she's still alive in our hearts and minds

CAPITULO 1

Keira

El sonido de la lluvia se intensifica cada vez más, rayos y truenos resuenan en el exterior. Trazo con mi dedo en camino que dejan las pequeñas gotas mientras las lágrimas vuelven borrosa mi vista.

Desde pequeña he amado la lluvia, todas las tardes de lluvia salía al parque a jugar. Cuando la lluvia dejaba de caer, mamá me llevaba a casa y me daba una ducha de agua caliente, luego me preparaba chocolate mientras veía caricaturas.

A veces desearía volver el tiempo atrás y ser esa pequeña que no tenía preocupaciones, que su única problema era que su mamá la peinara mal pero lamentablemente así no es la vida, los problemas crecen cada vez más y a veces, sin darte cuenta todo cambia. 

-¡Keira! – me llama mamá desde la cocina, supongo - ¡Ven a ayudarme a poner la mesa! – no le respondo, limpio los rastros de lágrimas de mis mejillas y me pongo los zapatos para bajar. Me aseguro de que Cade – mi pequeño amigo perruno – este dormido y abrigado.

Baja con los audífonos puestos y subo todo el volumen para evitar escuchar los regaños de mi mamá con respecto a mi atuendo, no le gusta que lleve ropa holgada, siempre quiere que lleve vestidos y ropa de "mujer", nunca le hago caso, a estas altura, me vale todo lo que me digan.

Una vez puesta la mesa, mamá y papá llegan con ropa elegante 

¿A dónde se supone que van?

-Hoy es el aniversario de tus tíos, harán un pequeña reunión y nos han invitado – dice papá acomodándose la corbata, asiento con la cabeza mientras me llevo una rodaja de pizza a la boca.

-Vale, que les vaya bien – respondo sin prestar mucha atención. 

- No duermas demasiado tarde y cuídate, cariño - papá me dedica una sonrisa antes de salir por la puerta acompañado de mamá, minutos después escucho el motor arrancar.

Bueno, creo que es hora de contarles algo breve de mi vida, específicamente sobre el porqué la lluvia me genera dolor.

Dos años antes

La lluvia caía con mucha intensidad, los rayos y truenos se hacian cada vez más fuertes. Maggie, mi hermanita, estaba sentada un rincón de la habitación de hospital, su pequeño cuerpo tiembla. Me acerqué hacia ella y puse mi mano en su hombro, ella se sobresalta, pero al verme, me abraza con fuerza.

-Tengo miedo – susurró en mi odio – No me gusta la lluvia, Kei – repitió muchas veces en un murmullo mientras intentaba resguardarse entre mis brazos. 

-Hey, tranquila. Es solo lluvia – intente calmarla acariciando su espalda de forma constante. 

-Lo sé, pero no me gusta – sollozó en mi hombro. Mi corazón se aprieta, no me gustaba verla ni oírla llorar, no me gusta que sufra. Rompí el abrazo e hice que me mire antes de limpiar las lágrimas de sus mejillas.

-Tengo una idea, vamos a dibujar la lluvia. Verás que es inofensiva – propuse. Maggie sorbió la nariz y asintió complacida. 

Se escabulló para sacar sus colores, crayones y su cuaderno de dibujo. Se sentó despreocupadamente sobre el suelo, a la vez miraba una y otra vez la ventana intentando copiar el paisaje que había frente a ella.