Capítulo 48. ¿Papás?

848 77 6
                                    

Por Christian 

Estoy apunto de ir a buscar a Ana al tocador, pero me detengo, debo ser más paciente y darle su espacio, me cuesta trabajo pasar tiempo lejos de ella cuando se que la tengo tan cerca. 

Vamos, no han pasado ni 10 minutos, me digo a mí mismo tratando de controlar mi ansiedad. Me distraigo llamando a Eliot para saber como va todo o algún pendiente, todo va bien. 

Ana no regresa y no puedo más, tengo que ir a buscarla. La veo salir del baño de mujeres cuando cruzó el pasillo. 

- ¿Todo está bien mi amor?. 
- ¡Sí! ¿Trajeron nuestra comida? 
- Tardaste mucho. 
- Vamos a comer. 
- ¡Ana! - me besa de forma tierna y me jala del brazo. 

Comemos hablando de congeladores y cuartos fríos para el proyecto de la carne orgánica y de libre pastoreo. Cuando terminamos sigue extraña. 

- ¿Me vas a decir que pasa?. ¿Estas molesta conmigo? - solo me observa y parece algo asustada - ¡Ana! ¿Qué pasa? - observa desde hace unos minutos la mesa de junto, donde come una joven pareja con un niño pequeño. - ¿Qué pasa Greñuda?. 
- Tengo un retraso. - dice muy bajito.
- ¿Qué? - no tengo idea qué decir. 
- Puse protección para mis días de periodo en mi bolso y no las he usado. - siento que la sangre se va de mi rostro. - Tengo un retraso Christian. - dice muy nerviosa. 
- ¿Quiere decir que? - suelto el aire. 
- Tenemos que hacer una prueba, voy a llamar a Grace. 
- ¿Quién es Grace? 
- Mi ginecóloga - dice sería y marca, habla unos minutos por teléfono. No me sale decir nada. - Christian no te quedes callado. - dice cuando cuelga. - ¿Que vamos hacer si estoy embarazada? 
- ¡Papás! - digo serio y algo asustado. 
- ¿Qué? No es gracioso, mi abuelo, mi papá, mamá…. 
- ¡Van a matarme!. - ¿Embaraza? ¿Embarace a Ana? - ¿Cómo pasó? - esa última pregunta me sale en voz alta y ella me ve furiosa, está a punto de golpearme. 
- ¿Cómo que como Christian? 
- Me refiero a que te estas cuidando. 
- ¿Me estás culpando? ¡No has hecho nada por cuidarte tu! - creo que va a pararse de la silla, aventando la servilleta y me muevo rápido para impedirlo. 
- No me mal entiendas, estoy sorprendido y asustado. - admito. - ¿Un bebé de los dos? - no puedo evitar sonreír - ¿Un bebé Ana?. 
- No es el momento Christian y no te hagas ideas, tenemos que hacer una prueba. 
- Pero, ¿puede ser?, ¿papás? 
- Christian van a matarnos, lo que todo mundo nos dijo. - baja su cabeza entre sus manos. 
- No le tenemos que dar cuentas a nadie Ana, somos adultos. 
- Pero no es el momento Christian, ¡Vamos! - se levanta - la Dra. Grace va a recibirnos en una hora. 
- ¡Te amo Ana!. 
- Estoy asustada, las náuseas de esta mañana, mi sueño, mis locas hormonas. ¡Dios! - me acerco y tomo su rostro en mis manos. 
- ¡Tranquila!, si crece un pequeño intruso aquí dentro, ¿lo hicimos con amor cierto? - pongo mi mano en su pequeño vientre. 
- ¡Lobito! - dice casi llorando. - ¿Intruso? 
- Me da miedo compartirte Ana. 
- ¿Qué? 
- Mi cabeza pensó muchas cosas, cuando el padre comentó sobre tener familia pronto, yo dije estar de acuerdo en que no, porque te quiero para mí. 
- ¿Qué rayos dices Christian? 
- Tonterías tienes razón, ¿cómo podemos estar seguros? ¿Harán una prueba con la doctora?. 
- Supongo, es mejor no adelantarnos ok. 

Conduzco a la dirección que Ana me indica, mi corazón late muy fuerte, ¿Papás?. 

- Ana, ¡mi amor!. - digo sin tener idea qué más decir, su cara es más blanca que de costumbre. 
- ¡Estoy mareada Christian!, necesito un poco de agua. 
- Me detendré en el primer lugar que pueda comprarla. - tomo y beso su mano, está temblando. 
- ¡Mi niña! 
- Tengo miedo, si estoy embarazada van a matarnos, mi abuelo estará muy molesto. 
- ¡Oye! Ya te lo dije, somos adultos Ana. Voy por el agua - digo al detenerme frente una tienda de conveniencia. - ¡Te amo!. - me da un pequeño beso y una sonrisa que me tranquiliza un poco. 

Sujeto una botella de agua y algunas golosinas mientras espero mi turno para pagar. 

Un pequeño de 4 o 5 años hace un gran berrinche para salirse con la suya cuando su padre le pide escoger entre dos golosinas, el hombre no tiene más remedio que comprar ambas.  Se da cuenta que los veo con atención y el hombre me sonríe. 

- Ni lo pienses, ¡Condones amigo! - dice - parecen ángeles, pero son un demonio. - el niño se acerca a mí y golpea mi pierna. 
- ¡Emilio! - lo reprende -  te cambian la vida por completo - dice y sale con su hijo en brazos. 

Regreso con Ana y la beso, la beso de forma dulce, conduzco observando niños de la mano o en brazos de sus padres por todos lados y se que Ana hace lo mismo. 

Esperamos los resultados de la prueba de embarazo dentro del elegante y lujoso consultorio de la Dra. Grace, una amable señora de 45 o 50 años. 

Ana no dice mucho y eso me vuelve loco, se que es muy joven para ser mamá, ¡Dios tendré que compartirla!. Sacudo mi cabeza, que tontería, ¿celos de mi intruso? 

La enfermera entra y entrega un sobre a la doctora, ella lee el contenido y nos observa sin expresión. 

- Veo que es algo no planeado - dice y la sangre abandona mi cuerpo - Tranquilos, felicidades, no estás embarazada. 
- ¿Qué? - decimos los dos al mismo tiempo.
- Pero tengo retraso, náuseas, me siento cansada como nunca, unas veces y otras mis hormonas. 
- ¿Estás comiendo bien? 
- ¡No! - digo yo y Ana me fulmina con la mirada.
- Tienes un poco de anemia Ana y si lo combinas con estrés, es un combo ideal para tu retraso, te daré unas vitaminas y debes regresar en unos 15 o 20 días si tu periodo no llega o sigues teniendo los síntomas que me comentas. Si comes adecuadamente y tomas esto - escribe una receta - debes estar bien, de lo contrario averiguamos que pasa. 

Anastasia no dice nada, hasta que se levanta y toma la receta. 

- Gracias por recibirnos de inmediato Dra. Grace, estamos en contacto. - Ana se encamina hacia la puerta y estoy muy confundido, se ve triste o está molesta. 
- ¡Gracias Doctora! - algo extraño pasa cuando estrechó su mano para despedirme pero no tengo tiempo, tengo que ir tras mi mujer. La ve en busca de una pista sobre lo que le pasa a Ana y toca mi mejilla con ternura, su gesto me sorprende. 
- Es normal, se siente vacía, aunque sabe que no es el momento albergó una esperanza, a todas nos pasa. 
- Pero dijo - digo confundido 
- Una cosa es lo que dice y otra lo que siente, ve por ella y abrazala, dile que todo va estar bien. No olviden las vitaminas y estén pendientes de su alimentación, todo debe estar bien. - me quedo sin moverme y  la pierdo de vista por completo. - ¡Ve! - me alienta la doctora, esa señora me es familiar, creo se parece a mi madre, pero sacudo la cabeza y corro tras mi chica, doy unos pasos y me detengo. - ¿Perdón debemos algo? - regreso - No Christian, ve. - dice ella cariñosamente y sigo confundido, pero me voy tras Ana.

Bajó corriendo a recepción y no la veo, corro al estacionamiento y está recargada en la camioneta con su cara entre sus manos.

- ¡Ana! - digo con cautela, intentando abrazarla. 
- ¡Dame un minuto Christian!. - me rechaza. 
- ¡Oye! ¿Estás molesta conmigo? Ana se que he sido irresponsable y te dejé toda la carga de cuidarte sin hablarlo, pero no entiendo. ¿Estás molesta? ¿Triste por no estar embarazada?, dime. 
- ¿Iba ser bonito no? Se que no es el momento, pero iba a ser lindo. 
- ¡Claro que sí!, pero prefiero que pase cuando seas mi esposa, por el bien de mi cabeza y porque quiero conocer a mi hijo. 
- No quieres tener hijos pronto. 
- ¿Tú sí? Dijiste que no. 
- No lo sé, Christian.  ¿Y si algo anda mal? 
- No entiendo. 
- Conmigo. 
- Ana, nada anda mal, solo tienes que comer mejor, anda vamos a surtir la receta. 
- ¿Estarías feliz si hubieras sido un si? ¿estás más tranquilo ahora? - diablos - No lo sé, creo que también me hice ilusiones, un pedacito de ti con mi sangre, sería maravilloso, pero luego vas a culparme por embarazarte tan joven. - Ella ríe. 
- ¿También te hago batallar grandulón? ¿Si tratas de contestar o hacer lo que no me moleste cierto? - me deja abrazarla. 
- Digamos que no soy el único bipolar. 
- ¡Tonto!. ¿No era el momento verdad?
- Pasará más adelante mi amor y va a ser maravilloso. - digo y la beso. 
- Fue un buen susto. - la beso nuevamente de forma tierna y puedo ver que sigue temblando. 
- Lo fue, pero podemos.... 
- ¡No! 
- ¿Practicar?
- ¡Christian! 

Te quiero a ti.Where stories live. Discover now