Capítulo 69. España I

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Capítulo 69. 

Christian maneja de regreso a Londres para tomar nuestro vuelo rumbo a España. Los días en La Villa fueron tan cambiantes como el clima y todo un reto a nuestra paciencia y convivencia. Estoy decepcionada, pensé que estar en un lugar así con él sería de ensueño, pero no lo fue. Nuestra peleas fueron por todo y nada a la vez. Christian continuo molesto por mi broma y se que eso fue lo que desencadenó todo, peleamos por sus celos, por el idioma, por el clima, por no ponernos de acuerdo en casi nada desde el uso de la pasta de dientes, hasta donde deja los zapatos y todo lo desordenado que es, eso me esta volviendo loca, pero es un batallar para que deje todo en su lugar y luego se molesta al no encontrarlo.  También tengo lo mío, pero él no cede en nada, es tan terco y soy yo quien para llevar la fiesta en paz y recordando que es nuestra luna de miel siempre tengo que ceder y estoy cansada de su actitud. 

Mi venganza ha sido no dejar que me toqué desde hace tres días, y se que eso tiene su mal humor al límite, pero tengo mis razones. Me hizo el amor de una forma tan tierna después de que regresamos del acantilado esa tarde, la misma tarde de mi pésima broma, diciendo qué no podía perderme y lo había asustado, pensé qué todo estaba olvidado, pero él muy cabrón me lleno de moretones, tengo chupetones y pequeños mordiscos hasta en las piernas. ¿Como diablos no me di cuenta? Sabes por qué Anastasia, pero otras veces me ha besado y no me deja marca, o no así, me marco y uso el sexo en mi contra. 

Después de eso y durante cinco días, solo fallé a mi fuerza de voluntad la noche qué fuimos al teatro, la misma noche de los espectáculos de luces en el pequeño y maravilloso pueblito de la isla. Fue increíble ver sus ojos con las luces de esa noche, su sonrisa y su carita de asombro. Llegamos a casa e hicimos el amor queriendo olvidar todo, era mi intención, ceder yo nuevamente, pero todo se fue al carajo el día siguiente cuando un lugareño me ayudó con las bolsas del supermercado. Lo dejé dormido y fui al pequeño lugar para comprar lo necesario para hacer el desayuno, y a mi regreso el muy idioma casi golpea al pobre hombre que empaco mis cosas y se ofreció a acompañarme. Ambos íbamos charlando sobre el libro qué compré en el lugar y que él me recomendó, pero los celos de mi marido nos llevaron a nuestra pelea más grande hasta ahora. Todo después de ese día ha sido un sube y baja, pongo de mi parte para tratar de arreglar las cosas pero está tan necio, que saca una y otra vez los mismos temas, mi broma, el chico y trabajo.

- No firmaría el divorcio nunca, así que más vale que me perdones - volteo a verlo sin decir nada. 

- ¿Qué haces? - pregunto cuando se sale del camino y se detiene a un costado - ¡Vamos a llegar tarde! ¿Ahora que? - le gritó molesta. 

- ¡Baja! 

- ¡Christian! 

- Un segundo Ana, sal, por favor - baja del auto y cruza a mi lado - ¡Baja! - dice al abrirme la puerta. 

- ¡Y! - digo cuando no dice nada y recarga su brazo en el auto - ¡Llegaremos tarde Christian! 

- ¡Te amo! Soy un idiota, yo soy el inseguro, terco y muy desconfiado, pero te amó y no quiero que esto siga así, ya no quiero pelear. ¿Qué tengo que hacer? - la forma que me mira me da ternura, diablos, ponsela difícil Anastasia. 

- ¡Eres un tonto! - no puedo evitar tomarlo del cuello y besarlo cuando veo su carita - ¡Esperé que dijeras eso por días!  

- ¡Perdón! Yo trato Ana, pero cuando te vi con ese tipo, yo, lo siento y lo de los chupetes, se que no debí hacer eso, pero estaba enojado. 

- ¡Me asustas! ¿Cómo puedes hacerme eso? ¿Cómo puedes hacerme el amor así y hacer lo qué hiciste? 

- ¡No debí! 

Te quiero a ti.Where stories live. Discover now