Capítulo 139. Llegar a casa.

897 66 13
                                    

Estamos en casa, Ted y yo. Christian desde hace tres días viajó a Puebla, CDMX y a Monterrey con mi hermano. Hemos hablado, pero sin duda no es lo mismo, aparte está bastante ocupado, hoy solo pudimos hablar unos minutos.

No quiero aceptarlo, pero me siento agotada, Teddy es un remolino, nuestro lobito no para y sin duda le faltan los maltratos, esos juegos rudos y el correr tras de su padre para cansarse y dormir durante toda la noche.

También estoy molesta, esta mañana cuando intenté hablar con mi marido, el cabrón no me contestó, así que marqué a la oficina y me enteré que estaba en una junta convocada por esa mujer, el maldito omitió ese detalle. Ella, que si bien no lo ha buscado, no pierde oportunidad de preguntar por él, sé por mi padre que su trabajo es muy bueno y no tengo el corazón ni los escrúpulos de pedirle a papá que la despida por estar celosa, sin embargo lo estoy y la puta idea pasa por mi cabeza. Solo espero que Christian llegue y me lo diga, de lo contrario tendremos un problema.

- ¡Ted! - respiro y me acerco a él despacio, intenta trepar a la alacena y está colgado en la puerta, se que si lo asusto puede caer. Dios mío solo lo perdí de vista un segundo - ¡Espera! ¡No te muevas de ahí! No te muevas - le digo con cariño.
- ¡Tetas! - Esas son galletas, a Christian le hace una gracia enorme como nuestro hijo dice galletas. - ¡Tetas! - a mí también.
- ¡No! Comida, tienes que comer. - me hace un gesto de enojó.
- ¡Tetas!
- Comida jovencito, después galletas. - cómo es su costumbre cuando no se le obedece cruza los brazos - No ganarás, comida Ted.
- ¡Tetas! - el paso dos es el llanto.
- Berrinches no Christian Theodory Grey, es hora de tu cena.
- ¡Pa! - paso tres, llamar a papá, sin dejar de llorar - ¡Pa!
- ¡Pa! Llega mañana mi niño. Comida y después galleta.
- ¡Pa! - tengo que tomarlo de la alacena, donde subió él solito y solo lo abrazo para que no caiga tratando de consolarlo.
- ¡Pa! - lo cargo y sobo su espalda.
- Berrinches no mi niño, serás el hermano mayor, tienes que comer y después galletas.
- ¡Tetas! - lo siento en su silla - Yo tengo hambre y me vas a dejar comer sola. ¿Qué te encargo papá?
- ¡Mam!
- ¡Mam! ¡Yo! ¿Comemos?
- ¡Tetas! - sonríe, el berrinche quedó atrás, podemos negociar.
- ¡Comida tramposo! - le hago cosquillas y su risa es una melodía muy bonita, como dice Christian. Dios lo extraño demasiado.

Comemos en la cocina y respetando nuestro trato le doy una galleta, me da ternura que corre a la sala por sus carritos, en un día normal Christian corre tras de él y empieza a comer galletas, seleccionar el carro con el que jugará cada uno y esos juegos rudos, que hasta hace dos días odiaba, pero hoy los agradezco. Christian lo cansa y Ted duerme después de tomar su baño.

Hoy mi niño se avienta al llegar a la alfombra y pide a su papá.

- ¡Ta! ¡Pa!
- No está mi amor, pero mañana llega. ¿Juego yo?
- ¿Titos?
- ¡Carritos! ¿Cuál es el mío?
- ¡Pa! Tete - aleja el carro qué regularmente selecciona Christian, un mustang clásico gris. Eso me da una idea para su cumpleaños, en fin mi niño lleva al sillón el carro de su padre y me ofrece mi carrito rosa. Según él y Christian es el único con el que puedo jugar, por ser rosa, Teddy respeta al pie de la letra eso y no me deja opción de seleccionar otro.
- ¡Me deben de comprar otro! Yo solo tengo uno.
- ¡Igo yo! - Ted sonríe.
- ¿Tú le dices a Papá?
- Yo igo.

Jugamos un buen rato hasta que por fin dio señales de tener sueño. Le doy un baño y lo llevo a mi habitación, sin Christian hemos dormido allí.

Cuando él duerme yo tomo un baño. Estoy tan cansada, solo quiero abrazar a nuestro lobito, dormir y que Christian llegue mañana.

Un cosquilleo en mis mejillas me hace intentar despertarme, pero no puedo. Una presión en mis labios me deja sin aire.

- ¡Ahh! - por un momento entró en pánico.
- ¡Soy yo!
- ¡Christian me asustaste! - me cuelgo de su cuello - ¡Te extrañe! Ya quería verte - busco su boca y mi tono era de niña berrinchuda, él sonríe y me abraza, con un solo brazo mientras se apoyar en la cama con el otro.
- ¡También yo! Conseguí un vuelo, ya quería llegar bonita.
- ¿Qué horas son? - Teddy se mueve haciendo una mueca de disgusto.
- Lo llevaré a su cuarto.
- Va a despertar - veo el reloj - ¡Christian es tarde para conducir!
- Ya quería llegar, me daré un baño y lo llevaré a su habitación.
- ¿Tienes hambre? - me da un beso, metiendo su lengua en mi boca y Dios lo deseo, pero tengo sueño.
- ¿Quieres darte un baño conmigo?
- ¡Mmmm!
- ¡Pa! - Christian sonríe en mis labios - ¡Pa!
- ¡Intruso! - Christian abraza a su hijo que se abalanza sobre él.
- ¡Pa! - mi niño lo abraza - ¡Itos!
- ¿Carritos? Es tarde amigo, tienes que dormir, mañana jugamos a los carritos.
- ¡Mam! Itos
- ¿Mamá jugó a carritos? - mi niño afirma con la cabeza.
- ¡Ito Mam!
- ¿Con el carrito de mamá?
- ¡Shi! - mi niño afirma también con su cabeza.
- ¿La cuidaste intruso? - Ted afirma y se lanza a abrazar a Christian de nuevo. L
- ¡Hijo! - la sonrisa de mi lobito me mata.
- ¡Te extrañamos mucho! - yo también lo abrazó y él me da un piquito.
- ¡Yo también! - besa mis labios de nuevo y me muerde.
- ¡Pa! ¡Mam! ¡Mam! ¡Mí!. - me abraza mi niño.
- Te di dos noche campeón, se te acabó el veinte.
- ¡Christian!
- ¡Mam! ¡Mam! Mí - dice mi esposo y besa a su hijo - él le sonríe, le hace cosquillas - ¡Duérmete! - Christian estira sus brazos - ¡Yo sado! - eso es cansado, Teddy lo imita haciendo la misma señal de cansancio.
- ¡Sado! - se acurruca en mis brazos.
- ¿Sueño? - le doy besitos.
- ¡Sado! - Christian nos ve sonriendo, sus ojos brillan.
- Y este intruso de aquí como esta - toca mi vientre, que a mis casi seis meses todavía es un pequeño bulto.
- ¡Wouu! - grito por la sorpresa - ¡Se movió!
- ¿Qué?
- ¡Se movió! Lo sentí.
- No siento nada - dice sin retirar la mano.
- ¡Se mueve! Es como un cosquilleo, igual que con Ted, estoy segura, es la primera vez que lo siento.
- ¡Hola bichito! Llegó papá. Fue tu voz Christian, igual pasaba con Teddy, pero no sabía qué era, es como electricidad o cosquillas - Ted aleja la mano de Christian y pone su pequeña manita en mi boca, señal de silencio, quiere dormir.
- ¡Oye cabrón!
- ¡Mir! - eso es dormir, se acomoda en mi pecho - ¿Ton?
- ¿Quieres biberón mi glotón? Ya tomaste.
- ¡Shhh! - pone su manita en mis labios de nuevo.
- ¿Me callas? - lo beso y sonríe.
- ¡Mam! ¡Mir!
- ¡Ok! ¡Ok! Dormir ¡Shhh! Mm, mm, mm.
- ¡Uhh! Se te va acabar el veinte amigo ¿Listo para ser el hermano mayor? ¿No verdad?
- ¡Christian!
- Dejarás de ser el bebé. ¿Estás preparando para ello?
- ¡Lobito! - Teddy lo ve con esa pequeñita V en su frente, igual a la de él.
- No te preocupes, también seré papá de nuevo y lo fui contigo, estoy nervioso, pero mamá nos ayuda.
- ¡Vas a cooperar más! Cambiarás pañales.
- ¡Ana!
- ¡Shh! ¡Mir! - nos dice Teddy y beso a Christian para que guarde silencio.
- ¡Mam!
- Lo dormiré, date un baño.
- Quiere estar entre sus piernas Sra. Grey.
- ¡Christian!
- No sabe que es eso - me muerde el cuello - Necesito cariñitos amor.
- ¡Báñate ya! ¿Quieres comer algo?
- ¡A ti!
- ¡Tonto!
- Comí algo por el camino. ¡No te duermas!
- ¡Mmmm! - bostezo - no prometo nada.
- ¡Ana!
- ¡Ve a bañarte!
- Lo llevaré a su cuarto cuando regrese.
- ¡Te extraño mucho!
- También yo, pero más a mi esposa.
- ¡Christian!
- ¡Es un intruso!
- ¡Y tengo a otro aquí! - vuelvo a bostezar - Que esperó no sea tan intenso como tú y Ted, que nos salga menos demandante, ya no te dire que no los maltrates o jueguen rudo, el trato será que no llore o se te caiga. - el cabrón sonríe - No podía cansarlo.
- ¡Ana no te duermas!
-¡Trataré!

Te quiero a ti.Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang